Ducharse con agua fría no es un factor de riesgo para sufrir un ictus
Los principales factores de riesgo son la hipertensión, la diabetes, las enfermedades del corazón o fumar
Los principales factores de riesgo son la hipertensión, la diabetes, las enfermedades del corazón o fumar
¿Qué se ha dicho?
Ducharse con agua fría puede causar un ictus.
¿Qué sabemos?
Una ducha de agua fría o el orden de la ducha no son factores de riesgo para sufrir un ictus. Sí lo son la edad, la dieta o el ejercicio físico.
Nos habéis preguntado al número de teléfono de Verificat (+34 666 908 353) si es cierto que ducharse con agua fría puede causarte un ictus, ya que así lo dice un mensaje anónimo que circula por WhatsApp titulado: “Se ducha con agua fría y se desmaya”. Según este contenido, “siempre escuchamos hablar de personas de edad avanzada que tuvieron un derrame cerebral y cayeron en el baño”, y eso ocurre, dicen, porque “si los vasos sanguíneos se estrechan debido al agua fría, puede provocar su ruptura”. Por lo tanto, según el contenido, debemos ducharnos de los pies a la cabeza, esperando primero que se nos caliente el cuerpo, ya que “ducharse con agua fría es la primera causa de accidente cerebrovascular”.
Es FALSO. Ducharse con agua fría no es un factor de riesgo para sufrir un ictus. La evidencia científica no respalda esta afirmación, que sí menciona factores como la hipertensión, la diabetes, fumar o la contaminación, entre otros. Además, los expertos consultados por Verificado indican que no hay ninguna contraindicación.
«Ducharse con agua fría puede causarte un ictus.»
Los accidentes cerebrovasculares son causados por un coágulo de sangre que ha viajado hasta el cerebro o por un vaso sanguíneo cerebral que se rompe. Sin embargo, una ducha de agua fría o el orden de la ducha no son factores de riesgo para sufrirlo.
Una búsqueda en las principales librerías médicas en línea como PubMed o Google Scholar no lista ningún estudio que lo demuestre. Al hacer una búsqueda avanzada en las páginas web de autoridades sanitarias como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la Sociedad Española de Neurología no se encuentran evidencias de que hayan alertado sobre las duchas de agua fría. La única noticia que hace referencia al tema es de 2016 y en realidad mezcla erróneamente unos datos de contexto que aparecen en un artículo de dos médicos indios, que analizan el caso clínico de dos personas que habían sufrido un accidente cerebrovascular después de ducharse con agua fría. Sin embargo, que estuvieran duchándose justo en el momento de sufrir un accidente cerebrovascular puede ser una casualidad y no nos sirve para extrapolarlo como una evidencia.
Los expertos descartan contraindicaciones
El neurólogo del Hospital del Mar, Ángel Ois, reitera a Verificat que no hay ninguna «evidencia científica de que la ducha, ni caliente ni fría, sea un desencadenante que favorezca un accidente cerebrovascular, tampoco existe ninguna recomendación específica sobre los cambios de temperatura».
El médico explica que es conocido que en invierno las personas suelen tener más hipertensión (presión elevada) que en verano, ya que el frío provoca una vasoconstricción que aumenta la presión arterial, mientras que en verano, el calor dilata los vasos y la presión disminuye. Sin embargo, estos cambios son normales en personas hipertensas y «no existe evidencia científica que sugiera que estas diferencias de temperatura representen un riesgo adicional», agrega.
«Es extrapolar un hecho normal a un riesgo que no existe y que los médicos no tenemos en cuenta ni lo contraindiquemos en los pacientes», concluye.
Según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, el principal factor de riesgo de los accidentes cerebrovasculares son la presión arterial alta, la diabetes, las enfermedades del corazón o fumar. También la edad, la contaminación, una dieta poco saludable o no hacer suficiente ejercicio físico.
Como también recoge Chequeado, verificadora miembro de la International Fact-Checking Network (IFCN) a la que también pertenece Verificat, una investigación realizada por científicos japoneses analizó las características clínicas de los accidentes cerebrovasculares que ocurrían en el baño y llegaron a la conclusión de que, de los 1.939 pacientes que habían sufrido estos episodios, a 78 les ocurrió mientras estaban en el baño y solo a una minoría cuando estaban dentro de la ducha, sin indicar si eran frías o calientes. El estudio señala, por lo tanto, que no se puede establecer una relación causa-efecto entre ducharse y sufrir un accidente cerebrovascular.
El agua fría es beneficiosa para la presión arterial
Ducharse con agua fría o caliente o comenzar por los pies o la cabeza es un estilo de cada persona, tanto en cuanto a la temperatura como al orden. Comenzar desde los pies permite que nos habituemos más rápidamente a la temperatura, en comparación con si se hace directamente al cuerpo o a la cabeza. Pero, en ningún caso, puede provocar un accidente cerebrovascular o un ictus hacerlo de una u otra manera.
De hecho, hay algunos estudios en los que se ha visto que el agua fría ayuda a controlar la presión arterial sin riesgo de causar ningún daño cerebrovascular.
Es cierto que las duchas frías aumentan la frecuencia cardíaca y la presión sanguínea, por lo que los expertos desaconsejan esta práctica a personas con problemas cardíacos, pero la evidencia es limitada.
Anteriormente, también publicamos un artículo verificando cuántas veces al día podemos ducharnos para no dañar nuestra piel y desmentimos que contar un minuto y medio antes de levantarse de la cama pueda prevenir los ictus.