El sistema inmunológico es la defensa natural del cuerpo contra invasiones de microorganismos extraños capaces de producir enfermedades.
Las vacunas tienen como objetivo enseñar al sistema inmunológico a defenderse ante infecciones
de agentes externos reales.
BARRERAS DE DEFENSA NATURALES
Sudor
T. corporal
Mucosas
Piel
La vacuna las sobrepasa todas porque se inyecta directamente en el cuerpo.
Las vacunas se dividen en 4 grupos según lo que inyectan:
2. Vector viral
1. Génicas
ARN sintético dentro de
un virus inofensivo
ARN
sintético
“Enseñan” a nuestras células a producir la proteína S del virus.
4. Virus inactivo
3. Antigénicas
Virus entero sin capacidad de infectar
Proteínas
del virus
Introducen directamente partes del virus o una versión inactiva.
Independientemente del tipo de vacuna, al final lo que se pretende es que el cuerpo aprenda a detectar la proteína S, ya sea inoculándola directamente o haciendo que los macrófagos la produzcan.
FASE 1. Respuesta innata.
El cuerpo activa la primera fase del
sistema inmune ante un agente externo.
Es una respuesta genérica e
inespecífica que suele ser suficiente para
frenar una infección, pero las
vacunas están diseñadas para
activar las siguientes fases.
Macrófagos, un tipo de célula defensiva
Primero, el cuerpo llama a las células fagocíticas que pueden “engullir” algunos virus y mostrar algunas de sus partes a otras células para que aprendan a identificarlos.
FASE 2. Respuesta específica.
Al llevar la proteína (que llamaremos antígeno), estas células fagocíticas se convierten en celulas fagocíticas presentadoras de antígenos.
Su misión es enseñar el antígeno a los linfocitos T: la “polícia” del cuerpo.
Hay 2 tipos de linfocitos T.
Los que activan
los linfocitos B.
Los que atacan células sospechosas de
haber sido infectadas.
Algunos tienen una larga vida y protegerán al cuerpo en caso de reinfección. Son los linfocitos T de memoria.
Los linfocitos B fabrican dos tipos de células.
Células de memoria.
Células plasmáticas.
Fabrican anticuerpos que se pegan a las proteínas S del SARS-CoV-2.
Patrullan el cuerpo con la información almacenada para fabricar anticuerpos para posibles futuras infecciones del SARS-CoV-2.
Algunos anticuerpos hacen al virus más identificable. Otros evitan que los patógenos entren en las células.