Una cucharada de miel al día no es suficiente para mantenerte vivo
La miel tiene propiedades beneficiosas, pero no es un alimento milagroso.
La miel tiene propiedades beneficiosas, pero no es un alimento milagroso.
¿Qué se ha dicho?
Que la miel tiene tantas propiedades beneficiosas para la salud que una cucharada en el día es suficiente para mantener viva a una persona.
¿Qué sabemos?
La miel tiene propiedades beneficiosas para la salud, pero no hay evidencia que una cucharada en el día pueda mantener viva una persona.
Nos habéis preguntado a través de nuestro número de WhatsApp (+34 666 908 353) si es cierto que la miel tiene tantas propiedades que una cucharada al día es suficiente para alimentar una persona, tal como asegura una cadena de mensajes de texto que también ha circulado por Instagram en formato de video.
Es FALSO. La miel tiene muchas propiedades nutritivas, pero también ha estado rodeada de creencias inexactas sobre sus beneficios para la salud y no hay evidencia que apunte que es el único alimento necesario para mantener la cantidad diaria de nutrientes recomendada. De hecho, no hay ningún alimento que lo sea, tal y como ya explicamos.
La miel es una sustancia dulce producida por las abejas a partir del néctar de las flores. Este alimento ha sido valorado a lo largo de la historia tanto por sus propiedades nutritivas como por sus aplicaciones medicinales y culturales. Además, su composición la hace casi incorruptible, hecho por el cual ha sido utilizada históricamente como conservante natural.
«Una cucharada de miel es suficiente para mantener viva a una persona durante 24 horas»
Ningún alimento por él mismo contiene todos los nutrientes que el cuerpo humano necesita para funcionar adecuadamente, tal como explica la Organización de Alimentos y Agricultura de las Naciones Unidas (FAO, por las siglas en inglés). Para mantener un estado de salud óptimo es necesario consumir alimentos variados, que aporten todos los nutrientes y micronutrientes que el cuerpo necesita. Pero además, una cucharada de miel tampoco cubre las necesidades mínimas en términos calóricos, es decir, que no es suficiente para aportar en el cuerpo la energía que este consume en su día a día.
Un adulto tiene un gasto energético de entre 1.500 y 2.000 kilocalorías al día, solo para mantener sus funciones vitales. Es decir, a pesar de que no haga nada, requerirá esta cierta energía para mantenerse vivo. Es lo que se denomina metabolismo basal. La miel es una sustancia rica en azúcares (sobre todo glucosa y fructosa), pero una cucharada (aproximadamente 20 gramos) proporciona aproximadamente 60 kcalorias, insuficientes para cubrir este metabolismo basal.
Aun así, una persona puede vivir mucho más de 24 horas sin comida y puede estar varios días (dependerá de su composición corporal y reservas energéticas) sin ingerir ningún alimento, empleando únicamente energía proveniente de las reservas corporales. Por lo tanto, si una persona se alimentara solo con una cucharada de miel en el día, es probable que se mantuviera viva más de 24 horas, pero no gracias al alimento en cuestión.
«La miel contiene enzimas vivas»
La composición de la miel está formada por diferentes sustancias, aunque las mayoritarias son azúcares (70-80%), como la fructosa y la glucosa, y agua (15-21%). Hay otros productos, como pueden ser vitaminas, minerales, aminoácidos, proteínas, etc., que se encuentran en menor cantidad, y en un porcentaje que varía dependiendo del origen de esta miel.
Algunos de estos componentes son las enzimas que las abejas segregan durante el proceso de producción. Ninguna de estas enzimas están vivas, ni tienen vida, puesto que son aminoácidos que tienen funciones concretas, como por ejemplo la descomposición de azúcares.
El mensaje también dice que estas enzimas mueren si se ponen en contacto con el metal y que por este motivo sería preferible utilizar una cuchara de madera. No hay ninguna evidencia científica que el contacto con una cuchara de metal destruya las enzimas de la miel. Las enzimas se desnaturalizan (pierden su estructura) con el calor o la acidez extrema, pero no hay pruebas de que el contacto con el metal tenga ningún efecto. Por lo tanto, comerse la miel con una cuchara de metal no tiene ninguna consecuencia nutricionalmente hablando.
«El propóleo es uno de los antibióticos naturales más potentes»
El propóleo es una sustancia resinosa que las abejas recogen de diferentes partes de las plantas, como por ejemplo brotes y cortezas de árboles, y que utilizan para sellar y proteger su colonia. Tiene una composición compleja que incluye resinas vegetales, cera de abeja, aceites esenciales y compuestos orgánicos como los flavonoides, ácidos fenólicos y ácidos grasos.
El propóleo tiene propiedades antimicrobianas y se ha utilizado tradicionalmente como tratamiento para varias infecciones. Entre las propiedades beneficiosas se incluyen, según ha recogido este metaanálisis: la antiinflamatoria, antibiótica, antioxidante, gastroprotectora, etc. Aun así, los autores de la revisión concluyen que son necesarios más estudios clínicos para acabar de demostrar su eficacia en algunas indicaciones terapéuticas.
Lo que sí que se ha demostrado en diferentes estudios clínicos es que puede resultar moderadamente útil para controlar niveles altos de glucosa en sangre, como antiséptico bucal y para tratar infecciones vaginales, entre otras. Pero esto no quiere decir que el propóleo sea un antibiótico para poder tratar infecciones graves, puesto que no tiene la suficiente potencia. El propóleo puede ser útil solo para tratar pequeñas infecciones locales y superficiales, sobre todo en mucosas.
Hay otros antibióticos que también provienen de otros elementos de la naturaleza. Los hongos, como por ejemplo la penicilina (proveniente del hongo Penicillium notatum) y la cefalosporina (proveniente del hongo Acremonium), o las bacterias, como por ejemplo la estreptomicina (proveniente del Streptomyces griseus), la eritromicina (proveniente del Saccharopolyspora erythraea) o la vancomicina (proveniente del Amycolatopsis orientalis) pueden ser productores naturales.
Todas estas sustancias se utilizan como antibióticos en casos de infecciones importantes, bajo prescripción médica. Su eficacia y seguridad ha sido probada y demostrada durante años, bajo las indicaciones terapéuticas adecuadas.