Tres mitos sobre infecciones y enfermedades respiratorias

Se trata de uno de los grupos de enfermedades más comunes y de las que se diagnostican entre millón y medio y dos millones de contagios en Catalunya cada año.

Se trata de uno de los grupos de enfermedades más comunes y de las que se diagnostican entre millón y medio y dos millones de contagios en Catalunya cada año.

Cartela para el artículo de tres mitos sobre infecciones, en colaboración con La Marató de 3Cat 2024
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¿Qué se ha dicho?

Que las vacunas contra la gripe y el covid-19 no son efectivas porque hay que ponérselas cada año; que es necesario tomar antibióticos al tener un resfriado; y que la neumonía es consecuencia de un catarro mal curado.

¿Qué sabemos?

Que la vacunación se hace de forma anual para adaptarse a la mutación de las distintas variantes de los virus; que los antibióticos no son efectivos para tratar infecciones víricas como los resfriados; y que los catarros pueden contribuir al desarrollo de una neumonía, pero, normalmente, no son la causa.

Existen centenares de virus, bacterias, hongos y parásitos que pueden provocar infecciones respiratorias. Se trata de uno de los grupos de enfermedades más comunes y que causan anualmente más de 12.800 millones de casos a nivel mundial y entre millón y medio y dos millones de contagios en Catalunya. La mayoría de infecciones –poco importantes y que se curan solas, como es el caso del resfriado convencional–, son generadas por virus. Otras, como la gripe, causan verdaderas epidemias cada invierno. Algunos incluso tienen el potencial de ocasionar una pandemia y de paralizar el mundo entero durante meses, tal como sucedió con el covid-19.

Varios fármacos y vacunas nos ayudan en el tratamiento y la prevención de estas enfermedades en el día a día. Unos, con más éxito que otros. Es el caso, por ejemplo, del nirsevimab, que combate el virus respiratorio sincitial (VRS), un agente que puede provocar bronquiolitis o neumonías en bebés lactantes. Este nuevo tratamiento es un anticuerpo monoclonal que prácticamente ha conseguido eliminar la presencia de recién nacidos ingresados por esta enfermedad en las UCI españolas.

Sin embargo, las dudas y falsedades sobre este tipo de enfermedades y el uso de adecuado de antibióticos, persisten. ¡Verificamos tres mitos sobre infecciones respiratorias!

Las vacunas de la gripe y del covid-19 no funcionan bien porque tienes que ponértelas cada año

La enfermedad de la gripe –causada por el influenzavirus– y del covid-19 –por el SARS-CoV-2–, están originadas por dos virus que mutan regularmente. Cada año hay nuevas variantes y, como consecuencia, la vacuna que la población se puso el año anterior, no protege este año adecuadamente. Por eso, la comunidad científica combina anualmente modelos informáticos, análisis de muestras y evolución global de contagios para intentar predecir cuál será la mutación predominante la próxima temporada para administrar la inoculación más efectiva.

Además, la inmunidad conferida por muchas vacunas –incluidas la de la gripe y del covid-19disminuye con el tiempo. Esto no significa que no funcionen bien, sino que el organismo necesita recibir recordatorios para mantener los niveles óptimos de protección, especialmente, para evitar contagios en grupos de población vulnerables como personas mayores o colectivos inmunodeprimidos.

La vacunación de la gripe evitó un 33% de infecciones, un 25% de hospitalizaciones y cerca de 7.000 muertes en España en el invierno 2022-2023, según datos del Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda (SiVIRA). En el caso del covid-19, previno un 45% de las hospitalizaciones. Gabriela Abelenda, médica especializada en enfermedades respiratorias en el Hospital de Bellvitge de Barcelona, añade que la protección no es solo para quien recibe la vacuna, sino que también ayuda al conjunto de la comunidad, sobre todo, a las personas más susceptibles de infectarse del virus.

Si tengo un resfriado, debo tomar antibiótico

Los resfriados son infecciones de las vías respiratorias altas causadas por virus, principalmente, el rinovirus y el coronavirus. Ahora bien, los antibióticos no son efectivos contra los virus, sino que están diseñados para combatir infecciones bacterianas: rompen la pared que da forma a las bacterias y les causa la muerte. Este sistema, sin embargo, no funciona con los virus, ya que tienen estructuras distintas.

Evitar el uso innecesario de antibióticos es esencial para prevenir el desarrollo de resistencias bacterianas, un fenómeno que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera una de las principales amenazas para la salud pública a escala global. El abuso de antibióticos fomenta la aparición de bacterias preparadas para aguantar el embate de los fármacos –por eso se llaman «superbacterias» o «multiresistentes»– y les hace inútiles para tratar infecciones graves. La OMS calcula que las resistencias a los antibióticos han causado cerca de cinco millones de muertes desde 2019. De hecho, desde 1990, se estima que mueren anualmente más de un millón de personas en todo el mundo por este hecho.

El uso inadecuado de antibióticos afecta a todas las edades y conlleva graves consecuencias para la salud global, pero incide sobre todo en infantes, que son más propensos a tener catarros frecuentes. Este es uno de los principales motivos por los que hay que evitar la automedicación. Solamente un médico puede determinar si se requiere antibiótico y recetarlo basándose en un diagnóstico adecuado.

La neumonía surge a raíz de un resfriado mal curado

La neumonía no es la evolución natural de un resfriado (causado por algunos virus concretos), sino que es una enfermedad distinta, a menudo más grave, que suele ser producida por patógenos distintos –normalmente, bacterias, aunque también puede desarrollarse por virus y hongos. Los síntomas iniciales pueden parecerse, pero van diferenciándose a medida que pasan las horas: el resfriado afecta a las vías respiratorias altas –es decir, nariz y garganta–, mientras que la neumonía golpea, sobre todo, las bajas –pulmones, bronquios, bronquiolos y alveolos.

Aunque los virus pueden llegar a originar algunas neumonías, sobre todo en gente mayor, niños y personas con enfermedades respiratorias de base, estos casos no suelen ser tan graves ni tan largos como los producidos por bacterias, más habituales y serios. De hecho, como los catarros o otras infecciones respiratorias, la neumonía vírica es una condición que facilita la entrada en el cuerpo de bacterias como la Streptococcus pneumoniae, que desencadenan neumonías más complejas. Estas infecciones oportunistas, tal como explica a Verificat Sergi Pascual, neumólogo del Hospital del Mar, se aprovechan de unas defensas débiles para propagarse.

Así, las diferencias entre ambas enfermedades son relevantes, ya que el tratamiento cambia. Mientras que la mayoría de resfriados son autolimitados, es decir, que se resuelven al cabo de unos días y solamente hay que tratar los posibles síntomas –como dolor de cabeza o dolor articular, tos o malestar general–, la neumonía suele requerir tratamiento y, además, provoca fiebre, dolor torácico y sibilancias (silbidos al respirar).


Este artículo forma parte de una colaboración entre Verificat y La Marató de 3Cat, dedicada este año a las enfermedades respiratorias y que se celebrará el 15 de diciembre para recoger fondos con fines benéficos.