Seis consejos para detectar una teoría de la conspiración
Aprende a detectar una teoría conspirativa a través de sus rasgos más representativos.
¿Habéis oído alguna vez una teoría de la conspiración? ¿Sabríais detectar los rasgos comunes que las identifican? Esta semana os presentamos un caso reciente de este fenómeno, que además nos ha tocado de cerca: un mensaje viral aseguraba que había 1.600 personas empadronadas en un piso de Barcelona, pero que vivían en el Magreb y, que lo hacían por para cobrar ayudas y votar a Ada Colau en las municipales. En este caso, la información era falsa y, por tanto, se ha tildado de estrategia para boicotear a Ada Colau ahora que se presenta a la reelección. En Verificat hemos contrastado la información y, por el camino, hemos identificado varios elementos en común con los ingredientes habituales de las teorías de la conspiración.
Para empezar, estas teorías hacen creer que grupos poderosos con malas intenciones mueven los hilos de forma secreta para manipular ciertas situaciones y mantener sus poderes. Además, el autor genera falsa sensación de entender sobre un tema y ofrece explicaciones muy simples para situaciones complejas y difíciles de entender. Lo hace presentando la información como la única verdad válida, demonizando a cualquiera que esté detrás de la supuesta "trama secreta" y utilizando un tono subjetivo con componentes emocionales. Estos son algunos de los rasgos más esenciales, pero no los únicos. El mensaje viral cumplía varios, por eso rápidamente salieron las sospechas al recibirlo. Analicémoslo:
- Una teoría conspirativa se basa en una trama secreta que muy pocos saben, en este caso, el supuesto piso en el que había 1.600 personas empadronadas para cobrar ayudas y poder votar. Además, estas teorías suelen acusar a los medios de comunicación de estar al servicio de la trama y ocultarla a la población, aumentando aún más el sentimiento de “saber algo que no quieren que sepas”.
- Asimismo, los protagonistas de la historia suelen ser un grupo de conspiradores que nos esconden sus objetivos para mantener el poder, en el ejemplo, Ada Colau, puesto que es ella quien se beneficia políticamente permitiendo la situación.
- Las teorías de la conspiración siempre tienen una cabeza de turco o una víctima expiatoria a la que culpar. Aquí, se culpa a los 1.600 magrebíes, que supuestamente son cómplices de esta trama.
Un rasgo muy característico de estas teorías a tener en cuenta es que los cabezas de turco suelen formar parte de colectivos vulnerables, puesto que la muchas teorías de la conspiración son también racistas, xenófobas, islamófobas, antisemitas, etc.
- Estas, además, aportan supuestas “pruebas” que parecen dar una base creíble a la teoría, y el mensaje que circulaba hacía eso mismo: confirmaba la información explicando que la Guardia Civil había entrado en ese piso.
Esta prueba es totalmente falsa. La Guardia Civil confirmó a Verificat no haber entrado en ningún piso donde hubiera 1.600 personas empadronadas y, además, no tiene constancia de que una actuación de este tipo haya existido nunca.
- Así, lo que se busca es sugerir falsamente que nada es accidental, y que todo está relacionado, consiguiendo amplificar la desconfianza y los miedos de la sociedad. Es más, a menudo crean dos bandos y plantean más preguntas que respuestas.
Cabe destacar, pues, que las personas migradas del Magreb que no tienen nacionalidad española no pueden votar en las elecciones municipales, aunque estén empadronadas aquí y, por tanto, tampoco podría llevarse a cabo parte de la supuesta trama secreta. Es decir, por mucho que ese piso existiera, las personas empadronadas no podrían dar su apoyo electoral a Ada Colau.
Ante una posible teoría conspirativa debemos preguntarnos lo siguiente:
- ¿Quién es el autor del mensaje y qué información tenemos?
- ¿Qué pruebas utiliza?
- ¿Qué tono y estilo utiliza?
Las conspiraciones pueden existir, y en algunos casos han acabado probándose como reales. Pero existe una gran diferencia: el método empleado para destaparla. Una teoría de la conspiración aúna sospechas sin fundamentar, mientras que una buena investigación, conducida minuciosamente por periodistas, científicos, expertos, etc, avanza únicamente con evidencias para confirmarla. La clave, pues, es aprender a determinar qué es confiable, e invertir nuestro tiempo en lo que lo es.