¿Quién es Robert F. Kennedy Jr., el hombre a quién Trump quiere confiar el Departamento de Salud de los Estados Unidos?

Abogado sin formación probada en el campo de la salud, ha difundido desinformación sobre la covid-19, adoptado narrativas antivacunas y relacionado la disforia de género con los químicos ambientales

Abogado sin formación probada en el campo de la salud, ha difundido desinformación sobre la covid-19, adoptado narrativas antivacunas y relacionado la disforia de género con los químicos ambientales

Robert F. Kennedy Jr. en un meeting de la campanya electoral del 2024 acompanyat de Donald Trump.
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¿Qué se ha dicho?

Donald Trump ha escogido a Robert Kennedy para liderar el Departamento de Salud de los Estados Unidos.

¿Qué sabemos?

El abogado es un activista antivacunas que ha difundido desinformación sobre la covid-19, la disforia de género, el VIH y los tiroteos en las escuelas.

Los anuncios de quién ocupará los altos cargos de la nueva administración estadounidense encabezada por Donald Trump no han tardado a sucederse una vez confirmada la reelección del expresidente. Ha escogido a Elon Musk (junto con Vivek Ramaswamy) para coliderar el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental, a Linda McMahon (una exejecutiva de la lucha libre) como secretaria de Educación, a Pete Hegseth (un colaborador de Fox News) para liderar el pentágono y a Chris Wright (el ejecutivo de una petrolera y negacionista del cambio climático) para encabezar el Departamento de Energía.

No obstante, todos los ojos se centran en el señalamiento de Robert F. Kennedy Jr. como líder del Departamento de Salud de los Estados Unidos. El abogado, de 70 años, no tiene ninguna formación probada en el campo de la salud, y destacó a lo largo de la pandemia de la covid-19 por defender un discurso lleno de falsedades y engaños al respeto. Su campaña a lo largo del 2023 para las elecciones presidenciales de este año se llevó el título de “la mentira del año” según Politifact, una entidad de verificación de hechos miembro como Verificat de la International Fact-Checking Network (IFCN).

A lo largo de aquel 2023 Kennedy propagó varias desinformaciones en contra de las vacunas (a pesar de que rechaza la etiqueta de antivacunas), relacionó la disforia de género con los químicos ambientales, culpó a los antidepresivos de los tiroteos en las escuelas y negó que el virus del VIH sea la causa del sida. ¡Verificamos las desinformaciones más virales!

Covid-19: de un arma biológica étnica, a falsos tratamientos

El nombre del sobrino de John F. Kennedy resonó con fuerza durante la pandemia de la covid-19. El abogado aseguró que la enfermedad “está dirigida para atacar a caucásicos y personas negras” mientras que “las personas más inmunes son los judíos askenazíes y los chinos”. Aun así, no hay ninguna prueba de que el SARS-CoV-2, el virus que causa la enfermedad, sea un arma biológica, y ninguna agencia de inteligencia de los Estados Unidos lo considera como tal. Lo explicó Factcheck.org, una plataforma de verificación miembro como Verificat de la IFCN.

Kennedy también ha sido —y sigue siendo— un ferviente defensor de la ivermectina (un fármaco empleado para tratar parásitos como la sarna) y la hidroxicloroquina (útil en el tratamiento de la malaria, el lupus y la artritis reumatoide) como tratamientos contra la covid-19, a pesar de que varios ensayos clínicos han mostrado que ni una (1, 2, 3, 4) ni la otra (1, 2, 3) son útiles ni recomendables.

La desinformación sobre las vacunas de la enfermedad tampoco se hizo esperar. Kennedy llegó a asegurar que se trataba de “las vacunas más mortíferas nunca hechas”, citando datos del Sistema de Notificación de Efectos Adversos de las Vacunas (VAERS). Aun así, como explicamos en repetidas ocasiones desde Verificat (123), esta plataforma recoge todos los acontecimientos adversos posteriores a la vacunación, independientemente de si tienen o no relación con ella, y por lo tanto no es una herramienta para contabilizar las consecuencias de los viales.

Vacunas y autismo, una relación ampliamente desmentida

Robert Kennedy dirige la organización sin ánimo de lucro Children’s Health Defense, una entidad dedicada a promover desinformación antivacunas. Varias investigaciones, como esta de los Centros Contra el Odio Digital (CCDH, por las siglas en inglés) o esta de la revista Journal of Medical Internet Research, lo señalan como uno de los grandes influencers de la desinformación en este aspecto, por el gran altavoz que tiene en redes sociales.

En una entrevista a Fox News de julio de 2023 aseguró creer que “el autismo viene de las vacunas”. Esta idea ha sido ampliamente desmontada por la evidencia científica, que nunca ha encontrado ninguna relación de causalidad entre ambos hechos. Un estudio de 1998 propuso el vínculo, pero fue retractado posteriormente y los trabajos posteriores lo han negado. Una investigación periodística conducida por Brian Deer en el diario británico The Times reveló que Andrew Wakefield, el principal autor, había manipulado los datos y que tenía conflictos de intereses.

La disforia de género no la causa un herbicida

En un pódcast de junio de 2023, el que ha sido nombrado como próximo director del Departamento de Salud de los Estados Unidos aseguró que “mucha de la disforia sexual que estamos viendo” en niños viene, supuestamente, “de exposiciones químicas”. A lo largo de su discurso especificó que se refería a un herbicida llamado atrazina, que disuelto en agua habría hecho que ranas macho desarrollaran órganos sexuales femeninos y resultaran infértiles, según un estudio.

El diccionario de términos médicos de la Real Academia Nacional de Medicina de España recoge el término disforia sexual como un sinónimo de disforia de género, que hace referencia al malestar que sufren las personas cuando su sexo biológico no coincide con su identidad de género. No hay ninguna prueba, sin embargo, de que esto sea fruto de la exposición a ningún químico ambiental. El estudio en ranas a que hace referencia Kennedy es real, pero no valida la relación entre una identidad transgénero y la atrazina en humanos, tal como explicó el líder de la investigación a Politifact.

El atrazina es un herbicida prohibido en la Unión Europea desde 2004 por cuestiones ambientales y de salud animal. En cambio, está autorizado en los Estados Unidos. Varios estudios han vinculado su exposición en humanos con problemas de salud, especialmente relacionados con las hormonas. Entre ellos se cuentan defectos de nacimiento y un menor peso del bebé, así como problemas con el hígado y de respiración. También se ha vinculado con problemas reproductivos en mamíferos. Ningún trabajo, por eso, lo relaciona con la identidad de género.

Antidepresivos, VIH y wifi

A lo largo de los últimos años, Kennedy también ha repetido otras afirmaciones sin evidencia, como que los tiroteos de las escuelas son fruto del consumo de antidepresivos. La relación, sin embargo no se sostiene. Por un lado, porque el 13% de la población de los Estados Unidos los toma. Si fomentaran los tiroteos, estos acontecimientos serían mucho más comunes, según expertos consultados por Politifact. Por la otra, porque en la mayoría de ocasiones el atacante no tomaba antidepresivos, tal como encontró una investigación de USA Today, también miembro de la IFCN.

Otra afirmación que el abogado ha repetido, e incluso puso por escrito en su libro de 2021, es que no hay evidencia de que el sida sea causado por el VIH. En realidad, en cambio, la comunidad científica ha establecido la relación desde hace años, y hoy en día conoce a la perfección el mecanismo por el cual el VIH infecta las células y causa el sida. Además, existen tratamientos que en cierto modo duermen el virus y evitan que el síndrome se llegue a desarrollar.

Kennedy también ha asegurado que el wifi causa cáncer, una relación que Verificat ya ha desmentido. Entidades como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por las siglas en inglés) y el Instituto Nacional del Cáncer, entre otros, descartan tal efecto. El wifi emite radiación no ionizante, es decir, de baja energía. El único efecto que se ha reportado sobre la salud es el calentamiento de los tejidos.