¿Qué tiene de cierto la expresión «cosa mala, fuera del vientre»?
Analizamos con el IDIBELL el refranero catalán
¿Qué se ha dicho?
El refranero catalán dice «cosa mala, fuera del vientre».
¿Qué sabemos?
Para que no se acumulen los productos de desecho, nuestro propio cuerpo presenta mecanismos que le permiten excretarlos, evitando así que éstos nos resulten tóxicos.
Seguro que has oído alguna vez la expresión “cosa mala, fuera del vientre” haciendo referencia a que hay que eliminar todo aquello que, por una razón u otra, nos ha sentado mal. ¿Pero qué tiene de cierto la expresión?
Nuestro cuerpo dispone de sus propios mecanismos de defensa para eliminar las sustancias tóxicas que ingiere y los residuos que genera: a través del sistema excretor —piel, riñones, hígado y pulmones— y el sistema gastrointestinal —boca, esófago, estómago, intestino delgado y grueso y ano—.
Ambos conjuntos de órganos evitan la acumulación de toxinas dentro de nuestro organismo y estimulan su expulsión, tal y como detallamos aquí. ¡Te lo explicamos!
Un mecanismo indispensable
Las actividades que realizamos en nuestro día a día en casa hacen que generemos residuos que, periódicamente, sacamos para mantenerla limpia. Del mismo modo, nuestro cuerpo genera a diario elementos de rechazo que acumula en su interior, fruto de lo que comemos y bebemos, pero también por el mero hecho de mantenernos vivos, y que debe eliminar para mantenerse sano.
Son muchos los procesos en los que nuestro cuerpo genera este tipo de basura fruto de su actividad biológica. Cuando respiramos, por ejemplo, emitimos dióxido de carbono o CO₂, un producto de desecho que debemos sacar de nuestro organismo. Y cuando las que respiran son nuestras células —la respiración celular es el proceso a través del cual obtienen energía—, también se generan en nuestro interior unos residuos que no podemos aprovechar y que, si se acumulan en el cuerpo, pueden convertirse en tóxicos.
Dado que los residuos son parte de nuestro día a día, nuestro propio cuerpo está preparado para eliminar todo aquello que no puede aprovechar mediante diferentes mecanismos como la respiración, el sudor, la orina o las heces. Los sistemas excretor y gastrointestinal son quienes se encargan de estos procesos de expulsión imprescindibles para mantenernos sanos, puesto que si estos compuestos no son eliminados, podrían llegar a acumularse y causar problemas de salud.
Este sistema de defensa también nos sirve para protegernos cuando ingerimos alguna sustancia tóxica para nuestro organismo. Sea un alimento en mal estado, contaminado por una bacteria o directamente tóxico, el cuerpo responde expulsándolo, tal y como explicamos aquí. Ahora bien, algunas intoxicaciones como las producidas por el cianuro, el alcohol etílico o los fármacos necesitan ayuda médica para solucionarse, mediante la administración de antídotos o carbón activo, o aplicando un lavado gástrico.
Mejor fuera del vientre
Si analizamos la expresión, “cosa mala, fuera del vientre”, esta hace explícitamente referencia al aparato digestivo, ya que “un buen tránsito intestinal es imprescindible para que las heces no se acumulen en el recto y generen toxinas”, apunta Jordi Guiu, biólogo y bioquímico que lidera el grupo de investigación en plasticidad celular y regeneración del Programa de Medicina Regenerativa del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) y del Programa para la Traslación Clínica de la Medicina Regenerativa de Cataluña (P-CMRC).
El tránsito intestinal es el proceso a través del cual nuestro cuerpo transporta los alimentos y los líquidos por los diferentes órganos que componen el sistema digestivo, para que podamos extraer los nutrientes que necesitamos. Este movimiento, posible gracias a las contracciones musculares del aparato digestivo llamadas motilidad intestinal, mueve los alimentos de la boca al estómago, donde se descomponen, de ahí a los intestinos delgado y grueso, donde se absorben los nutrientes y el agua respectivamente, hasta que los restos que no podemos aprovechar llegan al recto en forma de heces.
"Las células sensoriales e inmunitarias del intestino delgado son las que nos protegen […] estimulando la motilidad intestinal y provocándonos la diarrea y los vómitos, que a pesar de ser muy molestos sirven para expulsar toxinas y patógenos", explica Guiu. Por tanto, concluye, siempre que nuestro cerebro reciba la señal de expulsar el contenido intestinal, “es bueno que lo hagamos lo antes posible”, añade.
El tránsito intestinal puede verse afectado por patógenos, fármacos o alimentos, entre otros, y será en estas situaciones cuando los sensores del propio cuerpo estimulen la motilidad para provocar la evacuación de lo que podría ser tóxico o causar algún trastorno. Por tanto, “podemos decir que sí […], cosa mala mejor fuera del vientre” concluye el experto.