Que no llegue el huracán Danielle a España no significa que los meteorólogos nunca acierten
Los meteorólogos se basan en escenarios más o menos probables, que se acaban confirmando o no
¿Qué se ha dicho?
Que los meteorólogos dan siempre predicciones negativas, que luego además no se cumplen, y ponen de ejemplo el supuesto huracán que iba a llegar a España esta semana.
¿Qué sabemos?
Los meteorólogos se basan en modelos meteorológicos probabilísticos en los que se plantean escenarios que se pueden cumplir con mayor o menor probabilidad. El experto que predijo el huracán nunca dijo que la mayor probabilidad sería que se acercara a España, sino que lo planteó como un escenario más entre otros muchos otros.
Un podcast con más de 600 reproducciones en Ivoox y presencia en Twitch ha señalado esta semana que los meteorólogos “no aciertan” cuando pronostican que va a haber un “fenómeno meteorológico adverso”, poniendo como ejemplo el huracán Danielle, recientemente anunciado por un meteorólogo de la Aemet en sus redes sociales. Sin embargo, su afirmación es ENGAÑOSA: las predicciones de los meteorólogos se basan en escenarios más o menos probables, que se acaban descartando o no. Es decir, no fallan o aciertan, pues no indican si algo va a ocurrir o no de forma determinista, sino probabilística. Al inicio de una predicción se pueden plantear muchos escenarios distintos, que varían según evolucionan las condiciones atmosféricas. Además, en el caso del huracán, el experto nunca dijo que lo más probable era el acercamiento a España, sino que lo planteó como un escenario más entre otros muchos otros, al que debía de prestar atención la comunidad científica por sus características.
Los fenómenos meteorológicos adversos, que [los meteorólogos] siempre dicen que van a haber un montón y van a ser desastre y no aciertan. ¿Qué te piensas? ¿Que va a venir ahora ese huracán tropical y va a llevar a todos por delante en el norte de España?
Entre el 31 de agosto y el 2 de septiembre, los medios abrían sus páginas con la noticia de que un huracán iba a llegar esta semana a la Península. El origen: un post viral en Twitter de Juan Jesús González Alemán, meteorólogo de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que comentaba lo excepcional que resultaba la formación de un posible huracán en latitudes atípicas, es decir, mucho más al norte de lo normal. Sus palabras, sin embargo, no tardaron en ser manipuladas con titulares que señalaban directamente que “un meteorólogo de la Aemet alerta de un posible huracán en la península ibérica”.
Paralelamente, esta alarma también ha dado lugar a mensajes de desinformación en un pódcast, en el que un grupo de hombres critica lo poco precisos que son los meteorológos en sus predicciones. En concreto, señalan que los expertos “siempre dicen que van a haber un montón [de fenómenos meteorológicos adversos], y van a ser desastre, y no aciertan”, para mencionar después, entre risas, que “¿qué te piensas? ¿Que va a venir ahora ese huracán ese tropical y va a llevar a todos por delante en el norte de España?”, concluyendo que los meteorólogos se dedican a “meter miedo”.
Sin embargo, el tuit de González Alemán advertía de que se estaba formando un ciclón tropical de mucha intensidad en latitudes nada normales, ya que, tal y como señalaba el experto en otro tuit, Danielle ha sido el primer ciclón formado “‘cerca’ de la península en alcanzar fuerza de huracán tan rápido y tan al norte” en latitud: “Cuando tú dices que hay un escenario sobre la mesa, no quiere decir que estés alertando sobre ese escenario, sino que […] esa posibilidad existe y hay que tenerla en cuenta”, indica Juan Jesús González Alemán a Verificat. Ahora, sigue, “esa posibilidad prácticamente ya no está sobre la mesa, porque son ínfimas las probabilidades de que suceda", concluye.
Por otro lado, la alarma se generó a raíz de unos artículos publicados en medios generalistas, que titulaban mencionando que el huracán “podría” llegar a las costas españolas. Son titulares sacados de contexto que solo hablaban de una de las múltiples posibilidades —y no la más probable— de que se formase un huracán. En aquel momento, de hecho, ni siquiera el huracán se había formado, y era prácticamente imposible saber la intensidad, la magnitud y la trayectoria del fenómeno. Tal y como indica González Alemán, es que "el escenario más probable […] es que al final se vaya transformando en una borrasca […] se irá debilitando y se dirigirá a la península ibérica”. Y concluye: “Los otros escenarios se pueden descartar".
Los 50 escenarios de las predicciones meteorológicas
Cada vez que un meteorólogo se pone a mirar el tiempo que va a hacer, observa cómo está la atmósfera en ese momento y mete en un superordenador una cantidad enorme de datos sacados de diferentes lugares —desde estaciones meteorológicas hasta aviones, pasando por radares, satélites o sondeos— para que éste le devuelva, tras una serie de cálculos físico-matemáticos, 50 escenarios distintos. La probabilidad de que ocurra uno u otro se obtiene observando cuántas veces se repite ese escenario concreto: “Si de esos 50 modelos, 20 nos dicen que va a llover en Murcia, podemos decir que tenemos un 40% de probabilidades de que llueva en Murcia", señala a Verificat Rubén del Campo, portavoz de la Aemet.
Eso significa que las predicciones meteorológicas actuales no fallan o aciertan, como señalan los comentaristas del pódcast, sino que se basan en probabilidades, y dibujan un mayor o menor número de escenarios posibles en función del tipo de evento a predecir: no es lo mismo saber la temperatura que va a hacer en Murcia en pleno mes de agosto a dos días vista, con una atmósfera estable en la que no se prevén alteraciones —probablemente haya más concordancia entre todos los modelos proyectados—, que cuál va a ser la intesidad y trayectoria de un huracán, que es un fenómeno muy complejo en el que hay que tener en cuenta tanto las características de la atmósfera en un momento concreto, como las del océano, indica Del Campo.
Por otro lado, tanto los modelos meteorológicos como los climáticos (los que predicen cómo va a ser el clima en años o décadas) han mejorado considerablemente gracias, en parte, a la capacidad de procesado de datos que tienen los superordenadores actualmente, y a la investigación y mejora del conocimiento de los fenómenos. En este artículo en el que señalamos cómo los modelos climatológicos habían sabido predecir con precisión ya en los años 70 que la tendencia de las temperaturas con el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) iba a ser al alza, ya señalamos que son cada vez más precisos: “Cada vez hay mejores modelos, mejores ordenadores para simular esos modelos, y han ido mejorando”, concluía González Alemán.