Pfizer no testó su vacuna para frenar la transmisión, pero esto no es nuevo
Los ensayos clínicos de la vacuna Pfizer se centraron en la eficacia de las inyecciones y en la seguridad de las mismas
¿Qué se ha dicho?
Que una ejecutiva de Pfizer ha reconocido ante el Parlamento Europeo que la vacuna de la cóvid-19 nunca fue testada para frenar la transmisión del virus antes de salir al mercado.
¿Qué sabemos?
Los ensayos clínicos que llevaron a la aprobación de las vacunas de la Covid-19 no estudiaron la capacidad que podían tener para detener la transmisión de la Covid-19, sino que se centraron en la eficacia de las inyecciones y en la seguridad de las mismas. Esta información es pública desde diciembre de 2020.
Nos habéis preguntado a través de nuestro WhatsApp por unas declaraciones al Parlamento Europeo en las que Janine Small, una ejecutiva de la farmacéutica Pfizer, afirma que su vacuna contra la cóvid-19 no fue testada para conocer su capacidad para reducir la transmisión del virus antes de ser lanzada en el mercado. Small hizo esta declaración en respuesta a una cuestión planteada por Rob Roos, miembro del Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos, en el marco de un Comité Especial sobre la pandemia de la cóvid-19 el pasado 10 de octubre.
La respuesta de Small ha corrido ampliamente a través de las redes sociales y en algunos medios digitales, donde ha llegado a ser tildada de “escándalo”. Es cierto que los ensayos clínicos no evaluaban la capacidad de los viales de frenar los contagios, pero estas declaraciones no aportan ninguna nueva revelación. Pfizer ha confirmado a Verificado por correo electrónico que los ensayos clínicos llevados a cabo por la farmacéutica para evaluar la seguridad y eficacia de las fórmulas no fueron diseñados con el objetivo de analizar la capacidad del fármaco para detener la transmisión del virus. Esta información es pública desde el inicio de los ensayos.
Pfizer reconoce ante el Parlamento Europeo que la vacuna Covid nunca fue testada para frenar la transmisión del virus antes de salir al mercado
El pasado 10 de octubre, se celebró en el Parlamento Europeo un Comité Especial sobre la pandemia causada por la Covid-19. En este marco, Rob Roos, miembro del Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos, preguntó (minuto 15:22:50) a Janine Small, presidenta regional de vacunas de Pfizer en los mercados internacionales desarrollados, si la vacuna contra la cóvid-19 de la farmacéutica fue testada para evitar la transmisión del virus antes de entrar en el mercado.
La ejecutiva de la farmacéutica respondió negativamente a la pregunta (minuto 15:31:50), una reacción que ha circulado ampliamente por redes sociales en los últimos días, dado que varias cuentas que hemos verificado repetidamente a lo largo de los últimos meses han denunciado éste hecho, tildando el discurso de Small de "escándalo". Sin embargo, la respuesta de la ejecutiva no es nada nuevo, según asegura el departamento de prensa de Pfizer a Verificat por correo electrónico: “Esta información estaba públicamente disponible en el protocolo publicado, y no es nueva. La transmisión no era un criterio de valoración”.
Tampoco los resultados del ensayo clínico en base a los que fue aprobada la fórmula de Pfizer, publicados el 10 de diciembre de 2020, hacían referencia alguna a una posible reducción de la transmisión de la enfermedad. De hecho, las agencias reguladoras de todo el mundo se hicieron eco de esta limitación al compartir la información: tanto la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), como la Agencia de Seguridad en Salud del Reino Unit (UKHSA), como la Agencia Europea del Medicamento (EMA) detallan en sus publicaciones inmediatamente posteriores a la publicación de los resultados del ensayo clínico que no se conocía el impacto de la vacunación en la transmisión viral.
El pasaporte cóvid, en el centro de la polémica
El europarlamentario Roos ha denunciado posteriormente a redes sociales que, dado que la farmacéutica no testó la capacidad de las vacunas de la cóvid-19 para frenar la transmisión del virus, el pasaporte cóvid no tenía sentido en términos de detener la enfermedad. Esta medida, sin embargo, no entró en funcionamiento en países europeos hasta el 1 de julio del 2021, meses después del lanzamiento de las inyecciones, y cuando la evidencia científica apuntaba a que la fórmula podía tener esa capacidad con las variantes del virus estudiadas hasta entonces (alfa y beta, principalmente). Este pasaporte ha sido siempre de carácter voluntario en España.
En febrero de 2021, una información de Nature apuntaba a que “análisis preliminares” parecían mostrar que las vacunas tenían cierta capacidad bloqueadora de la transmisión, pero reflejaba la dificultad en llevar a cabo estudios fiables al respecto. En los siguientes meses se publicaron varios artículos (1, 2, 3) que reportaban que efectivamente la vacunación podía reducir la transmisión del SARS-CoV-2, al menos con la variante alfa, dominando entonces.