Pfizer no ha adulterado las pruebas de los ensayos clínicos de la vacuna para obtener la aprobación de la FDA
Participantes que recibieron placebo se vacunaron al aprobarse el fármaco una vez publicados los resultados del ensayo clínico de fase III
Está circulando por diversos grupos de Telegram un artículo en el que se asegura que la NPR, la radio pública de los Estados Unidos, ha informado de que Pfizer “violó el propósito científico” de los ensayos clínicos de la vacuna contra la covid-19 al, supuestamente, administrar la inyección de Pfizer al grupo de control, y por tanto, “cualquier beneficio real o problemas de seguridad no podrá ser evidenciado”. Es FALSO. Ni la radio pública ha dicho tal cosa, ni hay ningún indicio que apunte a que Pfizer haya vacunado al grupo de control durante los ensayos clínicos de su vacuna.
"Según ha informado la NPR […] la disolución intencional del grupo placebo viola el propósito científico de probar si la vacuna tiene alguna eficacia; cualquier beneficio real y/o problemas de seguridad no podrá ser evidenciado, ya que sin un grupo de control, no hay nada con lo que comparar al grupo vacunado."
Esta aseveración está sacada del artículo, que supuestamente se ha basado en otro de la NPR. Pero no es eso lo que la radio americana ha aseverado. Tal y como indican en su página web, lo que ocurrió es que algunos de aquellos participantes que se encontraban en el grupo de placebo (esto es, que la disolución que se les aplicaba no era la vacuna para, precisamente poder comparar los resultados en los ensayos clínicos) decidieron voluntariamente recibir la vacuna, pero fue una vez publicados los resultados del ensayo clínico en fase III y tras la aprobación de la vacuna por parte de la FDA.
Es decir, que una vez se confirmó la eficacia de la inyección de Pfizer, algunas de las personas que aún no habían sido vacunadas (desconocían hasta ese momento si lo estaban o no) y habían recibido placebo decidieron libremente hacerlo. Otras, por el contrario, siguieron formando parte del estudio, que ya no se centraba en medir la eficacia de la vacuna, sino otros aspectos como los efectos secundarios a largo plazo.
Este tipo de maniobras son algo habitual dentro del mundo de la investigación. De hecho, los estudios concernientes a las vacunas de Pfizer y Moderna se alargarán previsiblemente hasta octubre de 2023 y 2022, respectivamente. A través de ellos se pretende monitorizar constantemente la seguridad de la vacuna, por si ocurriese algún imprevisto, y algunos de los que forman parte del grupo de control seguirán sin ser vacunados.
Ensayos clínicos más que documentados
En otra parte del artículo que nos habéis hecho llegar, se afirma que “no hay forma de medir la eficacia, efectividad o seguridad de la vacuna en sí”, ya que sin grupo de control, supuestamente es imposible compararlos con los que han recibido la dosis.
Sin embargo, existen estudios publicados en revistas científicas revisados por pares que indican no solo cuántas personas participaron en el estudio (43.448 en el caso de Pfizer, 30.420 en el de Moderna), sino también cuántas de ellas recibieron la vacuna y cuántas el placebo. En el momento en que se analizaron los datos del estudio en fase III y fueron publicados, los participantes de placebo que quisieron adquirieron la inyección.
Eso, según indica un artículo de opinión, cuyo autor es un grupo de expertos de la Organización Mundial de la Salud, publicado en New England Journal of Medicine, es una decisión que depende de cada participante, pero que desde su punto de vista “se perdería la oportunidad de obtener pruebas fiables sobre los efectos a más largo plazo”.
La dirección de la página en la que se publica la desinformación empieza por MPR, muy similar a las siglas de la radio pública NPR. Se trata de una estrategia común entre páginas que emiten contenido falso.