No solo es “la opinión” de expertos: cómo la comunidad científica llegó a un acuerdo respecto al origen del cambio climático
No son “opiniones” de científicos: durante décadas, se han publicado decenas de miles de estudios que apuntaban a una misma dirección
Están circulando por redes sociales mensajes que cuestionan el origen antropogénico del cambio climático. Lo hacen con una narrativa que no es nueva y que resurge cada cierto tiempo, que afirma que, en realidad, el consenso sobre la autoría del ser humano respecto al cambio climático no existe.
Quienes niegan dicho acuerdo esgrimen diversas razones: en algunos casos, critican la metodología de los estudios; en otros, argumentan que la culpa es del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) —grupo de experto del cambio climático más reconocido a nivel mundial—, que “compra la opinión” de los climatólogos para que digan estar a favor; incluso denuncian que hay voces disidentes dentro del ámbito de la ciencia que niegan que esto sea así, y que son silenciadas.
Es habitual que los medios, para indicar el consenso científico, referencien únicamente como fuente de autoridad un estudio publicado en 2013 por un grupo de científicos liderado por John Cook, quien actualmente trabaja en el Centro para el Cambio de Comportamiento de la Universidad de Melbourne (Australia). En este, tras procesar casi 12.000 estudios sobre cambio climático, determinaron que el 97,2% de ellos respaldaba de un modo u otro que el cambio climático actual tiene su origen en la actividad humana. El trabajo recibió una amplia difusión en los medios, y también por parte de políticos como Barack Obama, expresidente de los Estados Unidos.
Un estudio (aunque sea muy importante) no es suficiente
Cada cierto tiempo, el estudio mencionado es citado en los medios para reforzar la idea de este consenso, pero no es el único que llegó a dicha conclusión. Otros previos, como este de 2009 basado en encuestas a expertos, o este de 2010 que analizó las declaraciones públicas de científicos expertos en el campo, también arrojaron cifras similares sobre la opinión de los expertos. Y este, de 2021, y de cuya metodología ya hemos hablado previamente, determinó que había un consenso de más del 99% procesando más de 80.000 estudios sobre clima.
Las diferentes investigaciones “utilizaron métodos independientes para llegar a una conclusión consistente”, indica a Verificat Cook. Cuando esto sucede, añade, “podemos estar más seguros de que nuestra comprensión científica es sólida”.
Además, estos estudios representan la postura de científicos, la cual no aparece de un día para otro, sino que se gesta en función de toda la evidencia científica disponible y que se ha acumulado a lo largo de los años. Es lo que se conoce como consenso científico, esto es, “la opinión compartida por una gran mayoría de científicos basada en la interpretación y análisis de datos y pruebas recopiladas a lo largo de investigaciones rigurosas y estudios científicos publicados a través de revisiones por pares”, indica a Verificat Darío Redolat, meteorólogo y consultor en cambio climático y meteorología en la Fundación para la Investigación del Clima (FIClima).
¿Qué midieron exactamente? En primer lugar, la presencia de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera libre —puntos elevados y aislados de grandes ciudades— para “evaluar la contribución antropogénica desde el inicio de la edad industrial y estimar la evaluación a futuro a partir de la generación de modelos climáticos”, expone Redolat, quien añade que estos modelos fueron completados con variables procedentes de la “hidrosfera, criosfera, biosfera, o la litosfera” —distintos elementos del sistema climático—, entre otras. Además, se hicieron otros tantos análisis de impacto de esas variables, o dicho de otra manera, de cómo la presencia de estos gases alteró los registros geológicos, biológicos, etc., así como perturbó la presencia de hielo en los glaciares, o cambió los ecosistemas, etc.
“La práctica totalidad de estos estudios llevados a cabo durante los últimos 50 años apunta en la misma dirección: el origen humano del incremento actual y extremadamente rápido en términos geológicos —100 años actualmente vs. 10.000 o 100.000 años, que llevaría una variación de esta magnitud por causas naturales según los registros fósiles— debido a la emisión de gases de efecto invernadero”, concluye.
Todo, teniendo en cuenta el volumen de estudios que se han publicado para llegar a esa conclusión, que los expertos estiman entre 4.000 y 10.000 “cada año” desde la década de los 70, añade Redolat.
A esto se le suma, además, que “las opiniones que niegan el cambio climático [y su origen antropogénico] son minoritarias”, tal y como indica a Verificat Carlos Tabernero, profesor del Departamento de Filosofía de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), miembro del Instituto de Historia de la Ciencia y coordinador del máster en Historia de la Ciencia.
El posicionamiento de las sociedades científicas
El cada vez mayor corpus de estudios científicos que indican que el cambio climático es real y que el origen es antropogénico ha propiciado que las sociedades científicas de todo el mundo se pronuncien sobre este asunto. No son estudios en sí mismos, pero sí declaraciones públicas que manifiestan el posicionamiento que tienen las academias nacionales de ciencias de todo el mundo, y que se basan en la evidencia científica sobre el tema.
Un ejemplo es esta declaración de numerosas academias de las ciencias de todo el planeta, que en 2001 publicaron un comunicado que reprodujo Science en el que señalaban, ya por aquel entonces, que las actividades humanas estaban contribuyendo negativamente al cambio climático global. Le siguieron otros tantos similares, como este de 2005, este de 2009 publicado por la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS, por sus siglas en inglés), este de 2010 del Consejo Interacadémico (IAC), o este publicado en 2015 por la Royal Society de Reino Unido.
La conclusión del IPCC
Además de todo esto, existen los informes del IPCC, que son los documentos sobre ciencia del cambio climático más fiables que hay hasta la fecha. Y lo son, en primer lugar, porque son redactados y revisados por miles de profesionales de la ciencia de todo el mundo, y porque, en segundo lugar, antes de ser publicados, atraviesan un proceso de revisión intenso que cuenta con la participación tanto de científicos como de dirigentes políticos de todo el mundo. Una vez ese documento sale a la luz, significa que tanto unos como otros están de acuerdo en lo que ese documento señala, gozando así de aceptación internacional e interdisciplinar.
En el caso del origen del cambio climático, los informes llevan señalando desde hace años que su origen es principalmente humano. En el último hasta la fecha, el organismo señalaba que el papel del ser humano en este cambio climático es “inequívoco”. Junto al análisis publicaron una gráfica, la primera que aparece en el informe, que mostraba qué habría pasado con las temperaturas si el ser humano no hubiese intervenido. El resultado, que mostramos a continuación, es claro: la influencia del ser humano es un debate superado dentro de la comunidad científica.
Las minorías “silenciadas”
Uno puede pensar las altas cifras de consenso se deben a que las voces contrarias no son tenidas en cuenta para valorar la opinión sobre este asunto, pero nada más lejos de la realidad. Un ejemplo es que en estudios como el del consenso del 99%, sí se tuvieron en cuenta los análisis escépticos, pero eran una minoría: encontraron 31 entre los 88.000 procesados a través de diferentes métodos de análisis. Otros estudios sobre cómo son esas publicaciones han determinado que contienen errores metodológicos fatales, como cherry picking, falsas dicotomías y métodos estadísticos inapropiados.
Otro ejemplo son los informes del IPCC, que se redactan valiéndose de la aportación de expertos climatólogos de todos los ámbitos, y luego pasan por un proceso de revisión en el que puede participar cualquier persona con conocimiento acreditado sobre el tema. En los documentos aparecen comentarios de todo tipo, pero para que sean tenidos en cuenta y añadidos a la versión final han de venir acompañados de pruebas. Tanto los comentarios como las respuestas de los editores pueden ser consultados en la web del IPCC.