No hay pruebas para afirmar que la boxeadora argelina Imane Khelif es una mujer trans
Se han hecho virales varias publicaciones en las que se afirma que la boxeadora argelina Imane Khelif es una mujer trans. Es una asunción falsa.
Se han hecho virales varias publicaciones en las que se afirma que la boxeadora argelina Imane Khelif es una mujer trans. Es una asunción falsa.
¿Qué se ha dicho?
Que la boxeadora argeliana Imane Khelif es una mujer trans y que por eso ganó el campeonato tan rápido.
¿Qué sabemos?
Que es una mujer cis que ya ha participado en mundiales y otras ediciones de los Juegos Olímpicos en los que ha ganado y perdido combates.
En las últimas horas, se ha hecho viral un vídeo de los Juegos Olímpicos de París dónde se ve a Angela Carini, una boxeadora italiana, retirarse tras recibir un golpe de su rival argeliana, Imane Khelif, menos de un minuto después haber iniciado el combate de octavos de final. Medios de comunicación, vídeos de YouTube y publicaciones en X (antes Twitter) con decenas de miles de interacciones han compartido el contenido asegurando que la boxeadora argelina es una mujer trans.
Es FALSO. Imane Khelif ha entrado a participar en los Juegos Olímpicos de París con un pasaporte que la acredita como mujer, «lo que confirma que es una mujer», según ha dicho el portavoz del Comité Olímpico Internacional (COI), Mark Adams. Por otra parte, Argelia «criminaliza la homosexualidad o cualquier expresión o identidad de género distinto de la cis heterosexualidad», según explica la Comisión Española de Ayuda al Refugiado. Es decir, que el cambio de sexo en los documentos oficiales es imposible en el país. Otras entidades internacionales de verificación de datos como Chequeado o Animal Político, miembros como Verificat de la International Fact-Checking Network (IFCN), también han desmentido que Khelif sea una mujer trans.
«La boxeadora transgénero Imane Khelif»
Khelif, de 25 años, participó en los mundiales de boxeo de 2018 y 2019, y compitió en los Juegos Olímpicos de Tokio en 2021, terminando quinta, siempre en categoría femenina. También participó en un combate profesional de boxeo femenino en noviembre de 2023, donde ganó. Ningún registro en internet permite afirmar con pruebas que se trata de una mujer trans.
Una expulsión por fallar en una prueba de género indeterminada
La boxeadora fue descalificada durante el Campeonato del Mundo de 2023, celebrado en Nueva Delhi durante el pasado mes de marzo, por «no cumplir los criterios de elegibilidad para participar en una competición femenina», según ha explicado la Asociación Internacional de Boxeo (IBA, por sus siglas en inglés) en un comunicado. Pero eso tampoco tiene nada que ver con una posible transición de género, sino con la naturaleza de las pruebas que se llevan a cabo en este deporte para determinar si un participante lo hace en categoría femenina o masculina.
La organización no ha dado más detalles más allá de afirmar que no se trataba de tests de testosterona, como aseguraban algunos usuarios en las redes sociales. Tampoco ha aportado ninguna prueba médica para justificar la suspensión, alegando confidencialidad para proteger a las deportistas. En el momento de la descalificación, el 25 de marzo de 2023, el presidente de la IBA explicó al medio ruso TASS que habían practicado «pruebas de ADN» con las que «se demostró que [ella y otra competidora, la taiwanesa Lin Yu-Ting] tenían cromosomas XY».
El reglamento actual de la IBA, publicado el 3 de marzo de 2024, contempla que las competidoras femeninas serán aquellas con cromosomas XX, y los masculinos, los que tengan XY. Es decir, que el único criterio de elegibilidad actual para participar en una competición de boxeo femenino organizada por la IBA es la prueba cromosómica, aunque no se ha demostrado que su presencia determine el sexo biológico en el 100% de los casos. De hecho, en atletismo se dejó de utilizar tras varios casos que llegaron a los tribunales deportivos, entre ellos el de la atleta española María José Martínez-Patiño.
La IBA no establece los criterios en los JJ.OO.
En cualquier caso, la IBA no es quien regula el boxeo en los Juegos Olímpicos de París. El Comité Olímpico Internacional (COI) suspendió en 2019 a la asociación por cuestiones de financiación, liderazgo e integridad de juicio (una suspensión que fue firme en 2023). Por este motivo, quien determinó los criterios de elegibilidad y el reglamento tanto para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 como para los actuales de París ha sido un grupo de trabajo del mismo COI.
«Todos los atletas que participan en el torneo de boxeo de los Juegos Olímpicos de París 2024 cumplen con los reglamentos de elegibilidad y entrada«, garantizaba ayer el COI en un comunicado, en el que calificaba los mensajes contra la deportista argelina de «agresión». Ninguno de los documentos reguladores ponen requisito explícito alguno para determinar si los participantes deben competir en categoría masculina o femenina. En el reglamento de Tokio sí que se contemplaba la posibilidad de llevar a cabo «tests de género», sin dar más detalles.
No existe consenso científico sobre lo que determina el sexo biológico de una persona
Pese a la poca información disponible sobre la suspensión de Khelif por parte de la IBA, cabe destacar que no hay consenso científico que un único factor sea determinante para establecer el sexo biológico de una persona. En las publicaciones virales de redes sociales, se apuntaba, por una parte, a la prueba cromosómica y, por otra, a los niveles de testosterona.
Varios estudios dicen que la presencia o no del cromosoma Y es lo que determina el sexo biológico. Pero avisan, también, de que hay muchas personas que «sus cromosomas dicen una cosa, pero sus gónadas (ovarios o testículos), o la anatomía sexual, dicen otra». Uno de los ejemplos es el hecho de que genetistas han identificado «muchos genes implicados en las principales formas de Desorden de Desarrollo Sexual (DSD, por sus siglas en inglés) y han descubierto variaciones en este tipo de genes que tienen efectos sutiles en el sexo anatómico o fisiológico de una persona». En algunas de las condiciones y para algunas pruebas deportivas, el cromosoma Y puede aportar una ventaja fisiológica, mientras que, en otras, no supone un gran cambio; para la IBA significa no poder participar; para el COI, no es relevante.
Para la catedrática de Genética de la Universitat de Barcelona (UB) Gemma Marfany, estas personas constituyen excepciones para las que todavía no existe un criterio transversal y aceptado de cómo dividirlas en las categorías binarias habituales de las pruebas deportivas. «¿Nos debemos fijar solo en los órganos reproductivos, sean externos o internos, o incluir en la ecuación los cromosomas y hormonas?», se pregunta.
Con la testosterona pasa algo similar. «No hay evidencias científicas claras que un alto nivel de testosterona sea un determinante significativo en el rendimiento en deporte femenino», apunta en un artículo de Science. En esta línea, otros estudios indican que la testosterona puede «aumentar, disminuir o quedar estable tras la competición, y los factores determinantes de la respuesta parecen ser el tipo y la duración de la competición y no el sexo de los individuos».
«Nadie ha probado que no sea una mujer. Puede que tenga una alteración cromosómica, pero ahora mismo y según los criterios de elegibilidad del COI, no la descalifica para participar. Si hubiese cualquier modificación, como en cualquier caso de doping, se comprobará y se hará lo que se deba hacer», concluye en conversación con Verificat Alberto Carrio, experto en legislación deportiva de la Universitat Pompeu Fabra (UPF).