No hay evidencia de que el sublinaje XBB de la variante ómicron del SARS-CoV-2 sea más virulento que la delta
La gravedad de la enfermedad que provoca es similar a la de otras cepas y no presenta mayor tasa de mortalidad
¿Qué se ha dicho?
Que la variante ómicron-XBB del virus de la covid es más virulento que la variante delta.
¿Qué sabemos?
No hay evidencia suficiente para decir que el sublinaje XBB de la variante ómicron del SARS-CoV-2 es más virulenta y conlleva una mayor tasa de mortalidad que la ómicron clásica.
Nos habéis preguntado por un mensaje que lleva algunos meses corriendo por redes y que alerta sobre la aparición de una supuesta nueva variante del SARS-CoV-2, ómicron-XBB, que, según el texto, es más virulenta y tiene una mayor tasa de mortalidad que la variante delta. Este mensaje, sin embargo, es FALSO. XBB no es una nueva variante, sino un sublinaje (es decir, una rama) de la variante ómicron, y no existe evidencia suficiente para decir que es más virulenta ni que tenga una tasa de mortalidad mayor que delta. Todos los datos disponibles hasta el momento apuntan a que la gravedad de la enfermedad que provoca es similar a la de otras cepas.
COVID-Omicron XBB es 5 veces más virulento que la variante delta y tiene una tasa de mortalidad más alta que esta
Un mensaje que corre por WhatsApp, como mínimo desde este noviembre, insta a los ciudadanos a utilizar mascarilla ya que, según indica, una nueva variante de la covid, que llama ómicron-XBB, es “diferente, mortal y no es fácil de detectar”. Este mensaje insiste en reforzar las medidas de control y enlaza como fuente una publicación de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Si analizamos esta publicación de la OMS del 27 de octubre, sin embargo, vemos que el organismo considera que esta nueva versión de la covid-19 no es suficientemente diferente de ómicron para clasificarla como nueva variante de preocupación. Además, "los datos actuales no sugieren que existan diferencias sustanciales en la gravedad de la enfermedad para las infecciones XBB", continúa la OMS, añadiendo que la decisión "se volverá a evaluar periódicamente" y, en caso de que haya algún cambio en la estrategia de salud pública, “la OMS alertará de inmediato a los estados miembros y al público”.
Òmicron es una variante que se detectó en noviembre de 2021, y el 26 de ese mismo mes se clasificó como variante de preocupación (VOC), aproximadamente un año después de alfa, la primera cepa de covid-19 identificada en humanos, como ya explicamos. La etiqueta de VOC se ha mantenido desde entonces, y la variante ha seguido mutando, pero sin generar ningún sublinaje más peligroso. Tampoco la XBB, que se identificó en agosto de 2022.
Reuters también analizó este mensaje y concluyó que "no hay pruebas de que la variante SARS-CoV-2 ómicron-XBB sea más mortal o que provoque COVID-19 más grave que la variante delta".
Ómicron es una variante de preocupación
El 26 de noviembre de 2021, hace poco más de un año, la OMS declaró ómicron como una VOC y, por ahora, sigue siéndolo. Esta decisión se tomó de acuerdo al gran número de mutaciones presentes en esta variante, más transmisible que la delta.
Desde la aparición de ómicron, el virus ha continuado evolucionando y actualmente existen varios sublinajes de esta variante circulante, pero ninguna de ellas ha acabado convirtiéndose en “variante de preocupación”. Esto se debe a que, "hasta ahora, estos sublinajes de ómicron tienen mucho en común: todos son altamente transmisibles, se reproducen en las vías respiratorias superiores y tienden a causar enfermedades menos graves en comparación con variantes anteriores de preocupación", añade la OMS. XBB no es una excepción.
La nueva variante, en proceso de evaluación
Si bien es cierto que la nueva variante no provoca una enfermedad más grave que la variante original, parece que podría aumentar "el riesgo de reinfección en comparación con las variantes que circulaban anteriormente", anuncia la OMS. Pero la evidencia es todavía demasiado limitada para extraer certezas absolutas.
Un resumen de los datos disponibles, publicado por el sistema de Salud Pública de Ontario, Canadá, apunta en la misma dirección: que no existe evidencia suficiente para informar sobre los riesgos de XBB en cuanto a la transmisibilidad, evasión inmune y gravedad de la enfermedad, y un artículo de correspondencia —tipo de publicación similar a una carta al editor en la que se incluyen breves comentarios sobre temas de interés, que no siempre está revisada por pares— publicado en The Lancet ha sugerido la misma idea.