No es cierto que “hagas lo que hagas, no vas a cambiar nada” respecto al cambio climático, tal y como indica el youtuber Dalas

Una persona sola no puede cambiar nada, pero la acción simultánea de la población puede contribuir a reducir los gases de efecto invernadero


¿Qué se ha dicho?

El youtuber Dalas insiste, más de una decena de veces en un vídeo, que las acciones individuales de cada persona no afectarán ni impedirán el desarrollo del cambio climático. Tb asegura que nadie tendrá la voluntad de renunciar a su comodidad para frenarlo.

¿Qué sabemos?

Una sola persona no puede promover el cambio, pero la implicación conjunta de la población puede ayudar a reducir de manera notable la emisión de gases de efecto invernadero. Además, las encuestas muestran que la amplia mayoría de las personas están dispuestas a cambiar la manera en la que viven y trabajan para ayudar a abordar la problemática del cambio climático.

El youtuber Dalas ha publicado en su canal un vídeo sobre el cambio climático en el que cuestiona cómo se pretende abordar, siendo el mensaje principal que las acciones individuales no afectarán ni impedirán su desarrollo. Sin embargo, se trata de un mensaje ENGAÑOSO: es cierto que una sola persona puede cambiar nada aunque reduzca a cero su huella de carbono, y que se necesita la implicación de todos los actores de la sociedad para conseguir el objetivo de no rebasar los 1,5 grados de aumento de temperatura, pero si la población lleva a cabo ciertas acciones que dependen enteramente de ella de manera simultánea (como reducir el consumo de carne o evitar usar el coche, por ejemplo), estas ayudarán a reducir notablemente la emisión de gases con efecto invernadero. 

"Nadie va a renunciar a su comodidad para frenar el cambio climático. Pero es que hagas lo que hagas no vas a cambiar nada"

El youtuber dice más de una decena de veces en su vídeo que las acciones individuales no van a evitar el cambio climático, afirmando que, independientemente de lo que haga cada uno a título personal, modificar la industria es la única forma de reducir de manera determinante las emisiones de dióxido de carbono (CO2), algo que no cree posible: “Si consiguieras no emitir nada de CO2 a la atmósfera, equivaldría a tan solo un segundo de lo que emite cada segundo la industria. No vas a parar el cambio climático, da igual lo que hagas. Para la industria eres insignificante, y además la industria tampoco se puede parar”. 

Es cierto que el CO2, emitido por el conjunto de los hogares españoles, instituciones y comercios representa solo el 8,8% del total de las emisiones del país. Es el cuarto sector, por detrás del transporte (29%), la industria (20,6%) y la agricultura y ganadería (12,5%), según datos del Gobierno de España para 2019 (los de 2020 se vieron muy alterados por la pandemia). Sin embargo, todos los expertos consultados están de acuerdo en que una sola persona por sí misma no puede producir un impacto significativo en cuanto al volumen total de CO2 que se emite a la atmósfera a través de sus acciones, pero insisten en que “cualquier emisión que se reduzca contribuye a no pasar de los famosos 1,5 grados", tal y como señala Enric Aguilar, climatólogo y director del departamento de Geografía de la Universidad Rovira i Virgili (Tarragona). El ambientólogo y divulgador climático Andreu Escrivà añade: “Lo importante son los cambios estructurales, que vienen por [el hecho de] que una parte grande de la sociedad se convenza de que son necesarios y de que tiene que empujar para ellos”. 

Cada gesto cuenta

Lo cierto es que, al contrario de lo que asegura Dalas, sí hay evidencia científica de que la ciudadanía pueda promover un cambio. Según se indica en la publicación Las éticas del cambio climático global (capítulo 9), editada por Cambridge University Press, la humanidad puede evitar la emisión de 25.000 millones de toneladas (gigatoneladas) de CO2 para 2060 simplemente variando su dieta para evitar la carne o renunciando a los viajes aéreos. 

Un metaestudio publicado en 2020 en la revista Environmental Research Letters cogió todos los estudios sobre cuáles eran las acciones individuales con mayor potencial de mitigación de gases de efecto invernadero en ámbitos como el transporte o la alimentación. Las emisiones se midieron en toneladas de CO2eq per cápita (por persona) y añoel CO2 equivalente (CO2eq) incluye los seis gases de efecto invernadero recogidos en el Protocolo de Kioto, esto es, dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido de nitrógeno (N2O), hidrofluorocarburos (HFC), perfluorocarburos (PFC) y hexafluoruro de azufre (SF6)—.

Para que nos hagamos una idea, en España cada persona emite anualmente un total de 7,1 toneladas de CO2 equivalente (algo por debajo de la media europea, 8.4 toneladas). Dentro de los objetivos marcados en el Acuerdo de París, se estableció que la huella de carbono debía reducirse un 55% en comparación con 1990, y que para 2050 el porcentaje debe estar a cero. 

Hábitos con mayor impacto 

Este estudio concluyó que, en transporte, los hábitos con el mayor potencial de mitigación incluyen vivir sin automóviles, y cambiar a un vehículo eléctrico de batería, con un potencial de reducción medio de más de 1,7 toneladas de CO2 equivalente por persona anualmente.

Hay que recordar que, tal y como señala el Parlamento Europeo, el transporte es responsable de más del 30% de las emisiones de CO2 en la Unión Europea, de las cuales el 72% proviene del transporte por carretera.

En el contexto de los alimentos, el mayor ahorro consiste en la adopción de una dieta vegana, la cual tiene un potencial de mitigación promedio de 0,9 toneladas de CO2eq per cápita al año. Para aquellos que son incapaces de seguir una dieta de este tipo, está también la opción de reducir el consumo de ciertos tipos de carne, en especial la de vaca: su producción es una de las más contaminantes, muy por delante de la de gallina y cerdo. 

En el ámbito de la vivienda, el mayor impacto proviene de consumir energía que provenga de fuentes renovables, y la rehabilitación y renovación del hogar son las opciones con mayor potencial de mitigación con una media de 1,6 y 0,9 toneladas de CO2eq por persona cada año, respectivamente. 

La sociedad sí quiere cambiar 

El youtuber asegura también que “nadie va a renunciar a su comodidad para frenar el cambio climático”. Al tratarse de una predicción a futuro, lo que afirma no se puede verificar, pero las encuestas apuntan en la dirección contraria. Una encuesta, realizada por Pew Research a más de 16.000 adultos en 17 países de todo el mundo, observó que en todos los países menos Japón, al menos 7 de cada 10 personas afirmaron estar dispuestas a hacer algunos o muchos cambios en la forma en que viven y trabajan para ayudar a abordar el cambio climático global.

Otra encuesta, que publicó el pasado julio la consultora GAD3 para Engie España, reflejó una predisposición al cambio incluso mayor en España: según el informe, “sólo el 7% de la sociedad española no está dispuesta a cambiar sus hábitos para luchar contra el cambio climático, frente a una rotunda mayoría (el 91%)”, hasta el punto de que el 57% admite que pagarían más por un producto sostenible, priorizando la automoción y la alimentación frente a la ropa y el turismo. 

La pose del derrotista

Desde que se demostrara que el cambio climático es una realidad y que se pueden ver sus efectos actualmente en las temperaturas de todo el planeta, están surgiendo nuevas narrativas anti-climáticas que se mueven en los grises, entremezclando verdades con afirmaciones sin una robusta base científica y cuestionando la forma en la que los países plantean la emergencia climática. Un ejemplo es este de Dalas, que insiste en que no se puede hacer nada, pero hay otros, como que el gasto que supondría cambiar toda la industria es mucho mayor que las consecuencias de la propia emergencia climática, o que en realidad beneficiará a ciertos países. 

Sea como fuere, Escrivà señala clara las razones que están detrás de este comportamiento: “Al final lo que hacen todos los negacionistas del cambio climático, en unos casos por ignorancia pero sobre todo por una ideología muy clara, es tratar de obstaculizar al máximo la toma de decisiones que cambien la estructura sistémica de cómo funciona nuestra sociedad, que es lo que acaba causando el cambio climático”, concluye. 

¿Quién es Dalas?

Su nombre de pila es Daniel José Santomé Lemus (28 años), pero es más conocido como Dalas. Es un youtuber canario con más de 10 millones de suscriptores en su canal Dalas Review, donde habitualmente cuelga vídeos en los que da su opinión sobre diferentes asuntos de actualidad. 

No es habitual que trate temas sobre el cambio climático, pero sí es común que sus opiniones generen cierta polémica en redes. Por ejemplo, hace unos meses publicó un vídeo explicando los motivos que le han llevado a hacerse una vasectomía, indicando que no quiere que tras el embarazo a su chica le quede el cuerpo "hecho una mierda" con la "barriga súper hinchada o que gane peso de cualquier tipo". En otra ocasión, el creador de contenido se hizo viral en Twitter tras manifestar en su cuenta su apoyo al expresidente Donald Trump, que confirmaba que los Estados Unidos designarían a ANTIFA, una red de activistas antifascistas, como una organización terrorista.