Ningún estudio concluye que utilizar el móvil provoca alzhéimer y la evidencia apunta a que no es así

Analizamos un mensaje que afirma que una de las causas del alzhéimer es el uso de teléfonos móviles.


¿Qué se ha dicho?

Que el uso de teléfonos móviles puede causar alzhéimer.

¿Qué sabemos?

Que no se ha establecido relación alguna entre los dos factores. El artículo original al que hace referencia el mensaje que circula por redes es una revisión que habla de los cambios que pueden producirse en el metabolismo del calcio a nivel cerebral e intenta establecer una relación con las ondas electromagnéticas, pero sin aportar suficiente evidencia fundamentada.

Corre por redes un mensaje que afirma que una de las causas del alzhéimer puede ser el uso de teléfonos móviles, según un supuesto estudio recientemente publicado. Actualmente no se ha demostrado la relación entre el alzhéimer y los teléfonos móviles y el estudio al que se refiere la información no tiene el apoyo de la comunidad científica. El alzhéimer está causado por la acumulación de placas de proteínas en el cerebro, lo que puede influir en los niveles de calcio intracelular y provocar la pérdida de conexiones entre neuronas. La relación entre las ondas electromagnéticas y el aumento del calcio en las neuronas se ha estudiado, pero la evidencia científica apunta a que no hay suficiente evidencia para vincular ambos factores.

El alzhéimer puede ser causado por los teléfonos celulares

La supuesta evidencia científica en la que se basa el mensaje que nos habéis hecho llegar es una mini revisiónresumen de conocimientos recientes en áreas de investigación específicas dentro del ámbito de la revista— que explica que los campos electromagnéticos (EMF) de baja intensidad, entre ellos los generados por los teléfonos móviles o aparatos WiFi, pueden alterar los niveles de calcio dentro de las células. Esto, según el autor, haría aumentar la probabilidad de padecer alzhéimer, una enfermedad neurodegenerativa en la que las neuronas pierden las conexiones entre sí y, finalmente, mueren, tal y como explica el Instituto Nacional del Envejecimiento (NIA, por sus siglas en inglés). Este proceso provoca la pérdida de la memoria y otras capacidades.

El único autor de la revisión en cuestión es Martin Pall, un profesor emérito de Washington State University que ha afirmado públicamente que las ondas electromagnéticas y la tecnología 5G son el origen de múltiples enfermedades y que pueden provocar la muerte neuronal. Por otra parte, el texto ha sido publicado por Bentham Science, una editorial cuestionada por la comunidad científica. Según algunas listas de editoriales depredadoras, realiza malas prácticas en el proceso de edición y publicación de sus artículos.

La mini revisión, que según Pall ofrece "una evidencia potente de que las ondas electromagnéticas causan la enfermedad de Alzheimer", en realidad "no permite establecer una relación directa" entre una y otra cosa, explica a Verificat Ángel Martín Montes, vocal de la junta directiva de la Asociación Madrileña de Neurología. Para poder analizar si existe un vínculo habría que realizar estudios mejor diseñados y con un seguimiento de los sujetos analizados durante un período de tiempo más largo, explica. Verificat ha intentado ponerse en contacto con el autor de la mini-revisión, sin éxito.

Ondas diferentes

Gary W. Arendash, ex-profesor de investigación en la Universidad de South Florida, fundador y actual director de NeuroEM Therapeutics, ha explicado a Verificat que las supuestas ondas electromagnéticas mencionadas en algunos de los trabajos que Pall emplea para reforzar su argumento, son distintas a aquellas que generan los dispositivos móviles. Se trata de “una tecnología más específicamente denominada PEMF”, que corresponde a campos electromagnéticos pulsados en inglés.

Los PEMF son campos electromagnéticos de unas características muy concretas, distintos de aquellos que emiten los teléfonos móviles. Se caracterizan por su baja frecuencia, es decir, porque vibran lentamente: En el caso de los PEMF, las ondas son “pulsadas” a una frecuencia de alrededor de "50-60 Hz", recuerda Arendash, mientras que los móviles generan frecuencias entre los 1,9 y 2,2 GHz (recordemos que 1 GHz equivale a 1.000.000.000 hercios).

La Organización Mundial de la Salud ya ha investigado si las ondas electromagnéticas de baja frecuencia, como las del PEMF, pueden afectar a la salud, y aunque reconocen que todavía existen ciertas lagunas, de momento no hay pruebas que permitan concluir que la exposición sea perjudicial para la salud de las personas. La primera evidencia apunta a que se podrían utilizar para tratar dolores agudos y crónicos y que recientemente la comunidad científica ha observado que también podrían ayudar a reducir la inflamación del cuerpo.

La relación entre el alzhéimer y los teléfonos móviles

La relación entre el alzhéimer y la radiación electromagnética ya ha sido analizada, explica Martín Montes, y “las evidencias existentes son débiles” porque muestran un “escaso seguimiento de los pacientes expuestos” o se han realizado en modelos animales poco extrapolables al ser humano. Los sesgos son frecuentes en este tipo de estudios, apunta el experto, porque “la exposición a esta radiación suele ser mayor en determinados entornos donde también podemos encontrar (…) otros factores de riesgo: contaminantes, mayor incidencia de factores de riesgo vascular, etc”.

Javier De Felipe, investigador del Centro de Tecnología Biomédica de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y del grupo de Neurobiología Funcional y de Sistemas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), explica a Verificat que, actualmente, casi todo el mundo tiene teléfono móvil y que “si el efecto de los móviles fuera algo (…) muy fuerte, (…) debería haber un incremento enorme de enfermedades neurológicas asociadas al uso del móvil”. Sin embargo, esta no es la situación actual: “Las enfermedades neurológicas están apareciendo cada vez más en edades más tempranas, al tiempo que cada vez disminuye más la incidencia de alzhéimer” apunta el experto, referenciando un estudio realizado en Europa y en Estados Unidos por el Consorcio de Alzheimer, donde se explica que la incidencia de esta enfermedad está disminuiendo un 13% cada década.

Las causas de esta caída son desconocidas, pero De Felipe apunta que “lo más probable es que sea [debido a] factores epigenéticos [estudio de cómo los comportamientos y el entorno pueden provocar cambios que afectan a cómo funcionan nuestros genes]”, ya que “la vida que tenemos nosotros ahora y la de hace 20 o 40 años no es la misma”.

¿Cuál es el origen del alzhéimer?

El alzhéimer “aparece por la acumulación de placas de la proteína beta-amiloide y de la proteína Tau [proteínas del cerebro que de algún modo se vuelven tóxicas y se empiezan a acumular]”, según explica la Fundación Alzheimer Catalunya en su web. Una revisión publicada en la revista Nature que analiza cómo las deficiencias en el calcio intracelular neuronal pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, apunta que la sobrecarga de calcio favorece la progresión de la enfermedad, promoviendo la muerte de las células neuronales.

Martín explica que esta enfermedad no tiene causa conocida en la mayoría de casos, aunque “en los últimos años se han identificado múltiples factores de riesgo”. La edad es el principal, ya que la incidencia del alzhéimer es claramente mayor según avanza la edad del individuo. "También se han descrito algunos factores de riesgo genético como determinados polimorfismos  [forma variante de una secuencia específica de ADN] en algunos genes", añade.

Por último menciona la presencia de factores de riesgo potencialmente modificables [es decir, en los que podemos intervenir, por ejemplo, con cambios en el estilo de vida] como la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, el sedentarismo, la baja reserva cognitiva o la ausencia de estimulación cognitiva.