Los huracanes no pueden ser “creados y dirigidos” a través del proyecto HAARP, como indica un vídeo viral
Los huracanes no pueden ser “creados y dirigidos” a través del proyecto HAARP, como indica un vídeo viral
Está circulando en Telegram un vídeo que afirma que tanto los huracanes como los terremotos o “incluso ciertos volcanes” pueden ser creados, dirigidos, causados y/o activados por el hombre a través del proyecto HAARP. Es FALSO. No existe hasta la fecha ninguna tecnología capaz de hacer tales proezas, ni siquiera la del HAARP, un proyecto que investiga las particularidades de la ionosfera, una capa de la atmósfera que no tiene nada que ver con estos fenómenos naturales.
"No solo los huracanes pueden ser creados y dirigidos con el proyecto HAARP, también los terremotos pueden ser causados en lugares específicos, o incluso ciertos volcanes pueden ser activados cuando se direcciona dicha onda hacia un punto específico de la Tierra"
El vídeo de casi media hora, que se presenta como documental, asegura que el proyecto HAARP tiene la capacidad de crear y dirigir huracanes, causar terremotos en lugares concretos, e incluso activar volcanes. Nada más lejos de la realidad. El proyecto HAARP (‘High Frequency Active Auroral Research Program’) es un programa creado en 1993 por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, la Marina de los Estados Unidos, la Universidad de Alaska Fairbanks y la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA) con el objetivo de investigar las propiedades físicas y eléctricas de la ionosfera, la capa de la atmósfera ubicada a partir de los 80 km de altura tiene fuerte presencia de iones por la radiación solar, los cuales afectan a las comunicaciones por ondas radioeléctricas.
La idea era ver cómo se pueden alterar en esa área los sistemas de navegación y comunicaciones militares y civiles. La ionosfera no es una capa estable como las demás, sino que se encoge o se expande en función de la energía que le llega del Sol. Lo más particular de ella es que es ahí donde tienen lugar las auroras, provocadas también por los iones, con una fuerte carga eléctrica.
Los huracanes no se forman en esa capa sino “en la baja troposfera, que es donde estamos nosotros”, indica a Verificat Juan Jesús González Alemán, investigador en dinámica atmosférica, ciclones y cambio climático, y meteorólogo de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). “Los huracanes solo llegan a los 15-16 km de alto, o sea, que las ondas de radio no afectarían a la zona en la que se desarrollan los huracanes”.
Por otro lado, la formación de los huracanes no depende del calor que haya en la atmósfera, sino del mar: “Los huracanes se forman a través de un conjunto de tormentas que se hacen fuertes alimentadas por la energía del calor del mar, y acaban organizándose formando un ciclón”, explica el meteorólogo. “Esta supuesta contribución de la ionosfera es prácticamente descartable, porque la energía que proporciona el mar es mucho mayor que la que podría haber en la ionosfera”, concluye.
En cuanto a los terremotos y volcanes, el efecto de HAARP sobre ellos es incluso más improbable. Los terremotos dependen de eventos que suceden en el interior de la Tierra y en los que están relacionados las placas tectónicas. Estas chocan al moverse, y se rozan lateralmente, y cada movimiento genera un tipo de terremotos. Los volcanes por su parte se activan por la acumulación de magma en el interior, que busca salir a la superficie desde una zona que se llama astenosfera, a unas decenas de kilómetros de profundidad. De momento, el ser humano poco tiene que ver con su activación.
No sin mi GPS
Las telecomunicaciones y los datos que nos llegan vía satélite dependen de ondas de radio que conectan todos nuestros dispositivos. Esta conexión tiene lugar en satélites ubicados en la ionosfera y, por tanto, si hay algún contratiempo en esa zona, se pueden ver afectados los sistemas de navegación.
Por otro lado, la ionosfera es una capa de la atmósfera complejísima cargada de plasma —también llamado el cuarto estado de agregación de la materia—, un gas de electrones e iones que recubre nuestro planeta. Además de en la ionosfera, en la Tierra hay plasma de forma natural en la magnetosfera, así como en las auroras y vientos polares, los rayos y en el conocido como fuego de San Telmo.
Un calefactor en un jardín de Alaska
Esa complejidad y creciente dependencia a sistemas de localización motivó la construcción del HAARP en los 90, que está ubicado en Gakona, Alaska (Estados Unidos).
El principal instrumento de medición del HAARP es una base con 180 antenas de radio de alta frecuencia llamada Ionospheric Research Instrument (IRI). Funciona como un transmisor de radio que emite ondas que interactúan con las cargas y corrientes eléctricas de la capa superior de la ionosfera y la termosfera.
En el vídeo el narrador asegura que con el HAARP se crean huracanes, se activan volcanes y se causan terremotos, pero lo que hace realmente es emitir ondas de radio que calientan la ionosfera: “Es como poner un calefactor espacial en tu patio en un día frío”, indica Chris Fallen, profesor asistente de físicas del espacio y aeronomía de la Universidad de Alaska Fairbanks. “Si pones la mano enfrente de él, se nota el calor. Pero cuando apagas el calefactor, el calor se va bastante rápido”.
Es decir, que ni crea huracanes, ni activa volcanes ni estimula terremotos. “Las transmisiones procedentes del HAARP solo causan pequeños efectos en la atmósfera que duran pocos segundos”, señala Robert McCoy, director del Instituto Geofísico de la Universidad de Alaska a Climate Feedback, agencia de fact-checking orientada a desmontar bulos sobre clima y miembro de la International Fact-Checking Network.
La ionosfera, un “turbulento río Yukón”
Tal y como explican los científicos en página web del HAARP, “la ionosfera es un medio turbulento renovado constantemente por el Sol”, razón por la cual los eventos que se forman con el proyecto tienen una duración tan corta: varían de “menos de un segundo a 10 minutos”.
Los expertos del HAARP comparan el efecto de las instalaciones en la ionosfera con dejar caer una piedra en una corriente que se mueve a gran velocidad: “Es como colocar un calentador en el turbulento río Yukón", indican.
De todos los experimentos que se han llevado a cabo en las instalaciones, el más sorprendente es la producción de nubes de plasma artificial en la ionosfera, aunque también se han podido crear pequeñas auroras boreales artificiales.
Pero no, hasta la fecha no se han creado huracanes a través del HAARP, y mucho menos dirigirlos. Las ondas de radio que emite el HAARP no son absorbidas ni en la troposfera ni en la estratosfera, las capas en las que se producen la mayoría de los fenómenos climatológicos: “Puesto que no hay interacción, no hay forma de controlar el clima”, indican en su página web.