La vacuna contra la covid-19 no tiene insertos de VIH y tampoco debilita el sistema inmune
Verificamos un mensaje que afirma que las vacunas de la covid-19 debilitan el sistema inmunitario del paciente.
¿Qué se ha dicho?
Que las vacunas contra la covid-19 dañan el sistema inmunitario y que se está preparando una campaña en la que se hará pensar a la ciudadanía que lo que tienen en realidad es sida.
¿Qué sabemos?
Que las vacunas contra la covid-19 no dañan el sistema inmunitario, sino que lo refuerzan para combatir de forma más eficiente las infecciones por SARS-CoV-2.
Están circulando diversos mensajes en Internet que afirman que las vacunas de la covid-19 —en concreto, las vacunas de ARNm, como la de Pfizer o Moderna— debilitan el sistema inmunitario del paciente hasta el punto de que le hace más vulnerable a infecciones, y que las personas vacunadas van teniendo un sistema inmunitario cada vez más débil a medida que se ponen más dosis. Es FALSO: la evidencia científica hasta la fecha no ha encontrado que las vacunas debiliten el sistema inmunitario o dañen las células T. De hecho, hacen todo lo contrario.
Tienes suerte si después de la tercera dosis tienes el 30% de tu sistema inmunitario intacto
Uno de los mensajes que difunden esta idea es una entrevista al abogado alemán Reiner Fuellmich, a quien las agencias de verificación ya han desmentido durante toda la pandemia por difundir mensajes falsos sobre las inyecciones, como que las vacunas son peligrosas para los niños o que las pruebas PCR no son fiables. En el vídeo que se ha viralizado estos días, Fuellmich asegura que tanto el virus como la vacuna tienen insertos de VIH, que muchas personas vacunadas contra la covid-19 en Australia han dado positivo por VIH y que actualmente existe una campaña de concienciación en Estados Unidos sobre el sida, aunque esta enfermedad ya no es un problema en este país. Todos estos argumentos, falsos, contribuyen a generar la idea en la población de que el sida está repuntando en el mundo cuando en realidad el problema es que las vacunas contra la covid-19 debilitan el sistema inmunitario, pero es falso.
Al inicio de la pandemia, a principios de 2020, el Nobel de Medicina Luc Montagnier ya fue desmentido por numerosos científicos por decir que el SARS-CoV-2, el virus que provoca la enfermedad del SARS-CoV-2, tenía fragmentos genéticos del VIH, el que provoca la enfermedad del sida. La coincidencia genética de algunos fragmentos no significa que el SARS-CoV-2 fuera fabricado, como ya explicamos, o liberado de un laboratorio en Wuhan (China).
Las vacunas han contribuido a evitar cientos de miles de muertes por covid-19 y han demostrado, tras haberse administrado casi 12.000 millones de dosis en todo el mundo, que son seguras. Pese a que estas dos afirmaciones han sido sustentadas por decenas de páginas de estudios y estadísticas durante un año y medio, los mensajes que tratan de convencer a la sociedad de lo contrario siguen proliferando en varias plataformas de internet. Su estrategia es habitualmente la misma: emitir mensajes revestidos de contenido aparentemente científico sin ningún tipo de validez que a fin de cuentas generen una emoción, como el miedo.
Las vacunas no debilitan tu inmunidad
Ahora, afirman que además debilitan nuestro sistema inmunitario, pues como asegura Fuellmich, “tienes suerte si después de la tercera dosis tienes el 30% de tu sistema inmunitario intacto”. Sin embargo, la evidencia científica hasta la fecha señala que las vacunas no debilitan tu sistema inmunitario. De hecho, las vacunas están hechas para activar el sistema inmunitario involucrando dos tipos de células: las células B, que producen anticuerpos que combaten el virus, y las células T, que entre otras cosas destruyen las células infectadas. No hay evidencia de que las vacunas de la covid-19 alteren negativamente el sistema inmunitario.
Malone también ha declarado que las vacunas afectan a tu sistema inmunitario. Según él. cuando alguien recibe la inyección, se activa un mecanismo por el cual se dañan las células T, lo que daría lugar a un síndrome que ellos vinculan al sida, que consiste en que el virus de la inmunodeficiencia humana, o VIH, ataca al sistema inmunitario, y este se vuelve incapaz de proteger el cuerpo humano frente a infecciones (de ahí que, para saber en qué estado se encuentra un paciente infectado con el virus, se lleva a cabo la prueba de recuento de linfocitos CD4).
Al igual que otros rumores que ya hemos desmontado en el pasado, este tiene su parte de verdad. “Las células T se pueden ‘agotar’ si son expuestas múltiples veces a un antígeno de manera sistémica, de manera que no se active el sistema inmunitario innato”, señala a Verificat Adelaida Sarukhan, inmunóloga y redactora científica del Instituto de Salud Global (ISGlobal) de Barcelona. Es decir, que existe la posibilidad de que la exposición a un antígeno —sustancia que provoca que el sistema inmunitario produzca anticuerpos contra el patógeno— de forma constante en el organismo debilite al sistema inmunitario. Eso sí, siempre y cuando el cuerpo reciba el antígeno “vía intravenosa”, tal y como indica Sarukhan, es decir, que la inyección se administre en una vena.
Este, sin embargo, no es el caso de las vacunas de la covid-19, tal y como recuerda la experta, ya que se administran “vía intramuscular (en el músculo) y siempre buscando activar el sistema inmunitario innato”.
De hecho, cuando los organismos regulatorios comenzaron a plantearse la inoculación de la cuarta dosis, la comunidad científica se preguntó si realmente las vacunas de la covid-19 podrían fatigar nuestro sistema inmunitario a base de introducir cada pocos meses el antígeno en el cuerpo humano, pero un estudio reciente publicado en Nature ha concluído que no. Los investigadores, del hospital de Investigación Infantil de St. Jude (Illinois, EE UU), demostraron que la exposición repetida al virus —por refuerzos o infecciones— no perjudica la respuesta de las células T, ni en caso de infección, ni de vacunación. Con las vacunas de la gripe, por ejemplo, esto tampoco pasa.
Es decir, que no se observó un debilitamiento del sistema inmunitario a través de la afectación de las células T y, por tanto, contradice las afirmaciones de Malone y Fuellmich, quienes además no ofrecen ninguna referencia que sustente sus argumentos.
Un viejo rumor recurrente
El rumor de que las vacunas debilitan el sistema inmunitario no es nuevo. De hecho, ya en 2021, mucho antes del debate de las cuartas dosis, la agencia Reuters y Associated Press, ambas miembros de la International Fact-Checking Network, desmintieron la afirmación de que las vacunas debiliten al sistema inmunitario.
Además, la vacunación siempre ha estado recomendada para quienes ya tienen dolencias en las que el sistema inmunitario está resentido, como los portadores del VIH y pacientes inmunodeprimidos en general.
Las mentiras ‘reviven’ enfermedades casi extintas
Aunque la circulación de bulos relacionados con la pandemia ha decrecido en los últimos meses, el impacto de los bulos de las vacunas de la covid-19, como aquellas catastrofistas sobre las muertes que causarían las inyecciones de ARNm, primero en 2021 y luego en 2022, o el aumento de personas con cáncer que, supuestamente, iba a tener lugar, ya empieza a ser percibible.
Según informa Politico, estos mensajes han podido contribuir al aumento de padres que no llevan a sus niños a vacunarse, pues ese miedo difundido sobre las vacunas de la covid-19 se ha trasladado a otras vacunas pediátricas, necesarias para mantener a raya enfermedades que quizá, indican los expertos en el artículo, crezcan a partir de ahora en incidencia.
En España, de momento, la situación parece no haber cambiado. “No es la percepción general. La percepción general es que bajaron un poquito al principio de la pandemia, pero los niveles de vacunación en España son bastantes buenos”, señala a Verificat Antonio José Conejo Fernández, pediatra y colaborador del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP). Sin embargo, el Ministerio de Sanidad aún no cuenta con estadísticas recientes sobre cuál es el porcentaje de vacunación pediátrica —los datos más actualizados son del año 2020—, aunque tal y como señala un portavoz a Verificat a través de un correo electrónico, “las coberturas de 2021 se publicarán próximamente”.
Lo que sí ha cambiado es el interés de los padres en conocer cuáles van a ser los eventos secundarios de dichas vacunas. “Con todo esto de la covid ha habido mucha gente que se ha planteado cosas que no se había planteado antes, como lo de los eventos adversos”, destaca Conejo. “Mucha gente que se vacunaba por inercia […], a partir de la pandemia se han podido plantear ciertas cosas y han podido surgir ciertas dudas que son totalmente razonables y lógicas, […] porque de repente se han dado cuenta de que la vacunación tiene efectos adversos”, concluye.