La relación entre los cambios de tiempo y el dolor articular: seguimos sin respuesta más de un siglo después
La cuestión se lleva investigando más de 100 años, pero la investigación no ha logrado dar una respuesta
¿Qué se ha dicho?
Que los cambios de tiempo provocan dolores articulares.
¿Qué sabemos?
Los estudios disponibles hoy en día no han podido confirmar o desmentir esta relación, aunque lleva estudiándose más de 100 años. Los trabajos disponibles presentan diversos problemas metodológicos y, además, el dolor es una experiencia subjetiva, lo que dificulta su medida.
Nos habéis preguntado a través de nuestro servicio de WhatsApp si hay evidencia científica de que los cambios de tiempo “afectan a las articulaciones o las partes del cuerpo que nos duelen”, una creencia muy extendida globalmente. Varios estudios científicos han intentado documentar esta relación en numerosos países desde 1879, pero por ahora no han podido confirmarla ni desmentirla: la mayoría de trabajos se han llevado a cabo con una muestra reducida de personas y durante un tiempo limitado, tienen fallos metodológicos o están sesgados, y los resultados entre ellos han sido muy dispares.
La dificultad para medir esta relación se explica principalmente por la subjetividad en la medida del dolor y por la diversidad en su origen, puesto que existen más de 100 enfermedades diferentes vinculadas a huesos, articulaciones y el aparato locomotor en general.
Percepción e investigación
Alrededor del 70% de los pacientes con dolores articulares y/o crónicos aseguran que los cambios de tiempo empeoran los síntomas (1, 2), y algunas encuestas disparan las cifras hasta el 87%. La estadística tiene continuidad en las consultas de reumatología, donde las situaciones en las que los pacientes aseguran tener más dolor cuando cambia el tiempo son “muy frecuentes”, según afirma a Verificat Montserrat Romera, médico y miembro de la Sociedad Española de Reumatología ( SER).
La posible relación entre dolor y cambios meteorológicos se lleva investigando en el ámbito científico desde finales del siglo XIX, aunque hace ya 2.500 años Hipócrates señaló que había que investigar al respecto. Hoy en día "los estudios existentes sobre la asociación entre tiempo y dolor todavía no proporcionan evidencia concluyente para confirmar o desmentir esta relación", según la revisión más actual al respecto, publicada en la revista Pain en 2020.
Otras revisiones y metaanálisis centrados en patologías concretas, como esta de 2011 en pacientes con artritis reumatoide —una de las enfermedades más comunes en reumatología—, esta otra —una tesis doctoral— de 2017 en personas con artrosis —caracterizada por la destrucción del cartílago—, o esta en afectados de fibromialgia, tampoco han podido dar respuesta a la cuestión.
Deficiencias metodológicas y subjetividad
La investigación llevada a cabo hasta el momento sobre la posible relación entre dolor y meteorología contiene varias limitaciones que imposibilitan un análisis riguroso, según concluyó la revisión de 2020. El trabajo encontró que el grueso de la evidencia publicada consistía en estudios con pocos participantes que recogían datos durante poco tiempo, y que las variables meteorológicas no se recogían en la ubicación real de los participantes, sino en la población en la que vivían. Si la persona se desplazaba a otra localidad o país, ese desplazamiento no se tenía en cuenta.
El equipo también reportó que las metodologías utilizadas por cada estudio diferían mucho unas de otras y presentaban sesgos importantes —la mayoría de ellos se basan en encuestas o en la propia percepción de los voluntarios—. A todo esto hay que sumar que "el dolor es algo muy subjetivo", añade la experta de la SER. "Hacer estudios en este sentido es muy difícil", por lo que todos ellos acaban concluyendo que "necesitamos más evidencia", se lamenta Romera.
Para ponerle solución, los autores de la revisión han desarrollado una aplicación móvil que, además de pedir por la percepción de dolor de la persona participante, recoge la realidad meteorológica de su ubicación y pide por su estilo de vida. En un primer seguimiento de más de 2.600 pacientes encontraron una “relación modesta entre dolor y humedad relativa, presión y velocidad del viento”, pero el trabajo tampoco pudo establecer relación causal alguna.
Desconocimiento en las causas
Y, en caso de que realmente haya relación, ¿hay causas biológicas que expliquen por qué los cambios de tiempo cambian la percepción del dolor? “Aún son desconocidas […], pero hay algunas hipótesis”, apunta a Verificat Anna Beukenhorst, doctora en Epidemiología Digital y Ciencia de Datos de la Universidad de Harvard, autora principal de la revisión.
En su trabajo de análisis destaca el sesgo de confirmación, que explicamos aquí, el cómo afectan los cambios en la presión atmosférica en las articulaciones, el líquido articular y los nervios, y los cambios en los patrones de sueño, la absorción de vitamina D y actividad física derivados del cambio de las estaciones. Pero de nuevo, no existe un consenso científico al respecto.
Exista o no, la relación afecta a la calidad de vida
"Hay más de 100 enfermedades reumáticas, por lo que investigarlas todas es muy difícil", indica Montserrat Romera, de la SER. En este contexto de desconocimiento, un trabajo publicado en 2021 en BMC Rheumatology preguntó a pacientes con fibromialgia si pensaban que los cambios de tiempo afectaban a su nivel de dolor y midieron su calidad de vida. Los resultados fueron significativamente peores por quienes respondieron que sí. Es decir que la autosugestión también podría jugar un papel en esta supuesta relación.