La quema del gas ruso en Finlandia no puede alterar el clima del planeta
La quema de gas ruso puede provocar ciertos vientos y olas de calor de forma muy puntual en las inmediaciones de la central pero no tiene capacidad para alterar el clima de forma regional y, mucho menos, global.
¿Qué se ha dicho?
Que la quema de gas ruso en la frontera con Finlandia está alterando el clima
¿Qué sabemos?
La quema de gas ruso puede provocar ciertos vientos y olas de calor de forma muy puntual en las inmediaciones de la central pero no tiene capacidad para alterar el clima de forma regional y, mucho menos, global.
Un podcast con unas 500 reproducciones en Ivoox y con presencia también en Apple Podcasts ha señalado que “Rusia está quemando tanto gas en la frontera con Finlandia que está alterando el clima” al provocar “una humedad excesiva y no normal” con “tormentas, lluvias, vientos”. Es ENGAÑOSO. La emisión de gas ruso puede, según los expertos consultados por Verificat, provocar ciertos vientos y olas de calor de forma muy puntual en las inmediaciones de la central, pero no tiene capacidad para alterar el clima de forma regional y, mucho menos, global.
"Rusia está quemando tanto gas en la frontera con Finlandia que está alterando el clima”
Rusia anunció el pasado 26 de agosto que comenzaría a quemar su gas desde la planta de Portovaya, ubicada en el golfo de Finlandia al lado de la ciudad rusa de Víborg, y que tradicionalmente era exportado a Europa. La instalación quema más de cuatro millones de metros cúbicos de gas al día, según un informe de la consultora Rystad Energy al que ha tenido acceso la cadena británica BBC.
La quema del gas ruso no va a provocar alteraciones en el clima, tal y como señala el autor del podcast, sino que, según los expertos consultados por Verificat, puede causar algunas alteraciones meteorológicas de forma muy localizada. “Las partículas oscuras, el hollín que se dispersa por la región […] puede oscurecer el hielo, facilitando que absorba calor y aumente su temperatura”, indica a Verificat Javier Sigró, geógrafo e investigador del Centro de Cambio Climático (C3) de la Universidad Rovira i Virgili (Tarragona). El experto añade que “debería tener un efecto más o menos local, mucho menor que la entrada en erupción de un volcán en Islandia, por ejemplo”.
Coincide con él Ricardo Torrijo, técnico de Meteorolgía de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), quien apunta a Verificat que “los cuatros millones de metros cúbicos de gas a temperatura ambiente equivalen en poder calorífico diario a un incendio medio, tirando a grande, en España”. Eso significa, añade, que “localmente sí que puede haber cambios, afectando a la calidad del aire” e incluso “algunas variables meteorológicas pueden verse afectadas en un entorno local, pero ya a un nivel regional y global, no".
Esos cambios de los que hablan los expertos son, por ejemplo, olas de calor en el entorno más local, vientos fuertes o creación de nubes, aunque sería necesario “hacer más estudios e investigaciones para saber lo que ocurre de forma cualitativa”, añade Torrijo.
Estas alteraciones son sobre el tiempo o meteorología, y no sobre el clima, como sostiene el orador del podcast. Un error muy común es el de confundir clima con tiempo. Tal y como señala la Aemet en su blog, el tiempo hace referencia al “estado atmosférico en un momento y lugar concretos, tiene por tanto un carácter instantáneo”, mientras que el clima es “el estado medio del tiempo, así como sus variaciones y extremos, en un lugar y un periodo de tiempo determinados”.
Más emisiones a la atmósfera
Otro efecto, no mencionado en el pódcast, es “la liberación de grandes cantidades de CO2 de forma ‘gratuita’” que se producirán por la quema del gas ruso, las cuales “se añaden al resto de la emisiones antrópicas”, subraya Sigró. “No olvidemos que es un gas que se iba a transportar a Europa para quemarlo, con lo que el CO2 se iba a liberar igualmente. Lo triste es que se hace sin obtener ningún beneficio energético y añadiendo contaminación ambiental a la región en la que se realiza”.
También es cierto, recalca Sigró, “que sería mucho peor si se liberara sin quemarlo, ya que el metano, a igual cantidad, tiene un efecto climático más potente que el CO2”.