La inhibición de la fertilidad no es un efecto secundario de la vacunación
Analizamos un mensaje que apunta que la vacunación tiene como efecto secundario la inhibición de la fertilidad.
Se prevé que pueda haber efectos a nivel de fertilidad, o de inhibición de la fertilidad, como uno de los efectos secundarios de la vacunación.
El asunto de la infertilidad que supuestamente podrían provocar las inyecciones contra la covid-19 ha estado presente desde el principio de la campaña de vacunación. Sin embargo, no hay evidencia de que tras la vacuna haya una reducción de la fertilidad masculina o femenina, ni un aumento de abortos espontáneos a consecuencia de las inyecciones, según los últimos datos publicados este mismo 2022.
“No hay ninguna evidencia de que las vacunas, en particular las vacunas contra la covid-19, puedan tener un impacto sobre la fertilidad, ni en hombres, ni en mujeres”, afirma con rotundidad a Verificat Adelaida Sarukhan, inmunóloga y redactora científica del Instituto de Salud Global (ISGlobal) de Barcelona.
Sí que puede ocurrir que tras haber recibido la inyección, se den una serie de factores que puedan dar lugar a una reducción en la producción de espermatozoides, pero es temporal, y a consecuencia de los efectos secundarios, como la fatiga o la fiebre, no del contenido del vial en sí. “Algunas personas tienen fiebre durante un día o dos tras recibir la vacuna, y se sabe que las fiebres pueden ocasionar reducciones temporales en la producción de espermatozoides”, señala Sarukhan. Sin embargo, “este efecto es temporal” y similar al que la persona podría experimentar “si tiene fiebre por otras razones, por ejemplo un resfriado o una gripe”, concluye.
Lo que sí se ha encontrado, según un estudio publicado en enero de 2022, es que la infección por covid-19 puede estar asociada con una disminución en la fertilidad de los hombres hasta 60 días después de la infección. En mujeres embarazadas, además, tener covid-19 incrementa el riesgo de complicaciones que pueden afectar al embarazo y desarrollo del feto, tal y como recogen los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés).
El autor de la declaración es Óscar Aguilera, quien durante la pandemia fue uno de los formadores de cursos de suplementación nutricional integrativa, una disciplina que entra en el grupo de las pseudociencias, en la Escuela de Salud Integrativa (ESI) de Madrid. Este centro ya se ha visto envuelto en polémicas con el Ministerio de Ciencia por impartir másteres similares junto a universidades que carecen de validez científica.