La falsa conspiración de las garrapatas modificadas genéticamente para hacerte alérgico a la carne roja
Las garrapatas existen de manera natural y se conocen desde 2009
¿Qué se ha dicho?
Que Bill Gates ha financiado la modificación genética de una garrapata para hacernos alérgicos a la carne roja.
¿Qué sabemos?
Las garrapatas que provocan el síndrome de alfa-gal, una alergia a la carne roja, existen y se conocen desde 2009. Bill Gates ha financiado recientemente programas que buscan modificar genéticamente unas garrapatas diferentes, que pican al ganado, para reducir su número y evitar pérdidas económicas. Estas aún no se han probado en experimentos de campo, no han salido del laboratorio.
Estos días corre por redes un video de TikTok con más de dos millones de reproducciones que asegura que Bill Gates ha financiado “la modificación genética de una garrapata”, la picadura de la cual “nos hace alérgicos a la carne roja”.
Es FALSO. No hay ninguna evidencia de que el magnate estadounidense haya financiado ningún proyecto para introducir tal modificación genética en ninguna garrapata. Existen varias especies de garrapatas que provocan de manera natural alergia a la carne roja, tanto en Estados Unidos, como en Australia, Asia y Europa, un hecho evidenciado a la literatura científica desde el año 2009. A raíz de la recomendación de la ONU de moderar el consumo de carne roja para reducir las emisiones de CO₂, han surgido numerosas teorías de la conspiración que sostienen que su consumo está prohibido.
«Aquí tenemos al señor Bill Puertas financiando la modificación genética de una garrapata que nos hace alérgicos a la carne roja»
Uno de los argumentos principales de la conspiración del Nuevo Orden Mundial, según la cual los compromisos adoptados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a través de la Agenda 2030 son en realidad un plan oculto para implantar una dictadura global, es el que asegura que el programa quiere prohibir el consumo de carne. La naturaleza de este tipo de teorías es rechazar las casualidades y emplear cualquier hecho que dé (aparentemente) apoyo al mensaje como evidencia sólida de que la conspiración es real.
El mensaje que estamos verificando es uno de los ejemplos más recientes, viralizado en pleno aumento de casos de plagas de chinches de cama en Francia. A pesar de que los chinches y las garrapatas son animales diferentes (y que, por lo tanto, el insecto francés no tiene nada que ver con la alergia a la carne roja), los mensajes contribuyen a la confusión, aprovechando el miedo generalizado de que las plagas se extiendan más allá de las fronteras francesas.
Dos hechos ciertos, pero independientes
El 27 de julio de este año, los Centros por el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos apuntaban en una nota de prensa que casi medio millón de norteamericanos había desarrollado el síndrome de alfa-gal entre 2010 y 2022. La condición, una alergia a la carne roja provocada por la picadura de varias especies de garrapatas (la más presente en los Estados Unidos es Amblyomma americanum), no es nueva, pero los CDC alertaban que había sido infradiagnosticada al país.
Un día después, una página web publicaba que la Fundación Bill y Melinda Gates había realizado dos donaciones de 1,4 y 4,8 millones de dólares en los años 2021 y 2023, respectivamente, a la empresa británica de biotecnología Oxitec. El motivo de la donación era investigar como editar genéticamente la garrapata Rhipicephalus microplus, también conocida como garrapata asiática azul, para que esta no se reprodujera y dejara de infectar el ganado.
La página conectó ambos hechos, el anuncio de los CDC y las donaciones recientes de la fundación de Gates, para sugerir, sin afirmarlo de manera textual, que el magnate podía estar detrás de la alergia a la carne roja, promoviendo así una reducción obligatoria en el consumo de carne. La supuesta vinculación ha saltado fronteras y llegado a nuestro territorio con acusaciones directas, tanto en videos de TikTok como en publicaciones a X/Twitter, por parte de usuarios que ya han difundido desinformación con anterioridad.
Las garrapatas responsables son de otras especies
La mayor parte de casos de esta alergia en los Estados Unidos no están relacionados con la garrapata que está investigando Oxitec, sino que se han asociado con la picadura de Amblyomma americanum, una especie diferente, según explica la misma nota de los CDC. Aun así, la institución no descarta que otras especies también puedan provocar el síndrome.
Ahora bien, la garrapata asiática azul, la especie a la cual señalan los posts que estamos verificando, está erradicada en la mayor parte de los Estados Unidos (a pesar de que se producen brotes puntuales en California y Texas, a lo largo de la frontera con México). De hecho, tampoco se ha podido confirmar que cause el síndrome de alfa-gal y sus picaduras a seres humanos son un fenómeno ocasional. Es decir, que no hay ninguna evidencia que esta especie en concreto haya podido provocar el medio millón de casos de los que informaban los CDC.
Rhipicephalus microplus es conocida, precisamente, por infectar al ganado y causar pérdidas económicas millonarias a los ganaderos. El Centro por la Seguridad Alimentaria y la Salud Pública de los Estados Unidos estima que la garrapata costó 130 millones de dólares al país antes de su erradicación. Un estudio de sus efectos en Brasil cifró en 3 millones de dólares las pérdidas anuales causadas por el arácnido.
Los ejemplares de Oxitec siguen en el laboratorio
“Oxitec no ha conducido ninguna investigación de campo” con garrapatas modificadas genéticamente, ha explicado a Verificat el gabinete de comunicación de la entidad en un correo electrónico. Es decir que, por ahora, toda la investigación que han llevado a cabo ha sido íntegramente dentro de un laboratorio. Además, toda la investigación se ha llevado a cabo en el Reino Unido, según detalla la empresa en el correo, y no en los Estados Unidos.
La idea del programa de la empresa británica, que no aplica solo a la garrapata asiática azul, sino a otros vectores de enfermedades como mosquitos o moscas, es modificar genéticamente a un grupo de machos e introducirlos en un entorno afectado. La modificación busca garantizar que la descendencia no sobreviva hasta la adultez y que, por lo tanto, la población de la plaga disminuya.
La Agencia de Protección Medioambiental (EPA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos autorizó las pruebas de campo de mosquitos modificados genéticamente por Oxitec, después de revisar la evidencia y considerar la tecnología segura.
El síndrome de alfa-gal
Los primeros casos de alergia a la carne roja se documentaron a principios de los 2000. Aun así, no fue hasta 2009 que dos grupos diferentes, uno de los Estados Unidos y otro de Australia, publicaron sendos artículos asociando estos casos extraños con las picaduras de garrapatas.
La alfa-gal, de nombre químico galactosa-alfa-1,3-galactosa, es una proteína presente en las células de la mayoría de mamíferos, excepto los humanos y algunos monos. Estudios recientes han encontrado que esta proteína se encuentra en la saliva de las especies de garrapatas cuya la picadura se han vinculado con el síndrome. Por eso, la hipótesis actual es que un componente desconocido de la saliva hace que quien ha recibido la picadura se vuelva hipersensible a la alfa-gal, de forma que si la proteína vuelve a entrar en algún momento en el cuerpo, se produce la reacción alérgica.
La alergia se produce solo con el consumo de carne roja, pero no cuando los afectados comen pollo o pavo, por ejemplo, puesto que estos no son mamíferos y no contienen esta proteína, y puede provocar desde urticaria y náuseas hasta una anafilaxis severa y la muerte.