Qué sabemos acerca de la supuesta “nueva ley” que obligaría a los ciudadanos europeos a comer insectos
La reciente aprobación para comercializar dos tipos de insectos ha producido un aluvión de rumores y desinformación en toda Europa
Estos días están circulando por diversos foros mensajes que indican que supuestamente la Unión Europea va a obligar a los ciudadanos a comer insectos a través de la creación de una ley o normativa. Es un rumor que ha llegado a buena parte de los países de este entorno, incluido España, y de cuyo auge han alertado varios miembros de la International Fact-Checking Network.
Está tan extendido, que hasta un miembro de Identidad y Democracia (ID), grupo político que agrupa formaciones conservadoras o de extrema derecha de varios Estados miembro en el Parlamento Europeo, ha planteado una pregunta a la Comisión Europea (CE) bajo el título “La UE nos obliga a comer insectos”. ¿Qué hay de cierto en esto? ¿Por qué, de repente, diversos grupos de Telegram y de WhatsApp, así como diversos canales de YouTube, insisten en que la población europea va a ser forzada a comer insectos?
Como buena parte de los rumores que corren por las redes, este tiene una parte de verdad. Justamente el pasado 5 de enero, la Comisión Europea (CE) autorizó la comercialización de en larvas del Alphitobius diaperionus —comúnmente conocido como escarabajo del estiércol— y del Acheta domesticus —grillo doméstico, aunque solo en polvo y parcialmente desgrasado— para su uso en alimentos, aunque en ningún caso se habla de obligar a nadie a comer este tipo de productos porque ningún Estado puede forzar a un ciudadano a consumir un alimento en concreto. La CE también insiste en este aspecto en su web, indicando que “depende de los consumidores decidir si quieren comer insectos o no”.
El escarabajo de estiércol se podrá usar “como ingrediente alimentario en una serie de productos alimenticios”, tal y como indica la CE en su portal. Se autoriza su comercialización como pasta, deshidratado, molido o congelado. También podrá utilizarse en complementos alimenticios, aunque no deberán ser consumidos por personas menores de 18 años. El grillo doméstico podrá emplearse en polvo para hacer panes y galletas, sucedáneos de carne, sopas y concentrados o polvos de sopa, entre otros. En cualquier caso, estos productos deberán estar debidamente etiquetados bajo la normativa que regula los productos considerados como ‘Nuevo Alimento’, como los recientemente aprobados, y que va a parte del reglamento de etiquetado habitual, que también habrá de cumplirse.
Tanto para la aprobación del empleo del escarabajo del estiércol como del grillo doméstico, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, organismo de la UE que vela por la seguridad alimentaria de los países de la UE), ha publicado antes varios informes que analizan su seguridad. El organismo ha concluido que ambos “son seguros en las condiciones de uso propuestas y a los niveles propuestos”, pero que su consumo “puede provocar sensibilización primaria y reacciones alérgicas”, siendo potencialmente susceptibles aquellas personas “con alergia a los crustáceos y los ácaros del polvo”. Por eso, el organismo recomienda “profundizar en la investigación sobre la alergenicidad de los insectos”.
Ni los primeros en comercializarse, ni los últimos
No es la primera vez que la UE autoriza la venta alimentaria de insectos. Entre 2021 y 2022 aprobó la comercialización de tres, y actualmente estudia la salida de otros ocho. La razón es que la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) lleva insistiendo desde hace más de 10 años sobre los beneficios potenciales que puede tener, tanto en la salud de las personas como en el medio ambiente, el consumo de estos animales invertebrados debido a su elevado contenido proteico, vitaminas como la B12 y grasas saludables.
Su composición también los hacen candidatos idóneos como alternativa “saludable y nutritiva a los alimentos básicos […] como el pollo, el cerdo, la carne de vacuno e incluso el pescado” que, si bien pueden presentar características similares, causan un mayor impacto ambiental a la hora de producirse. En cambio, la generación de insectos como los grillos requieren menos inversión de recursos y energía, según la FAO.
Un rumor recurrente
La idea de que las administraciones van a forzar a la población a comer insectos no es nueva. Durante los últimos meses, las redes sociales se han llenado de vídeos de YouTube y mensajes de Telegram anunciando un supuesto plan de la “Agenda 2030” que tiene como fin último el “empobrecimiento de la población” a través de una regulación que supuestamente fuerza u obliga a los españoles a comer insectos. Incluso miembros del partido de extrema derecha Vox han utilizado este argumentario para deslegitimar las medidas encaminadas en promover Objetivos del Desarrollo Sostenible.
Pero ninguno de estos mensajes es cierto. Los bulos que circulan en España, suelen indicar que ha sido el Boletín Oficial del Estado (BOE) el que ha anunciado esta nueva regulación, como ha ocurrido en un reciente vídeo viral, pero lo cierto es que en esa publicación lo que se indicaba es precisamente la aprobación de la comercialización del escarabajo de estiércol por parte de las dos empresas especializadas en la práctica agrícola de grillos Cricket One y Ynsect NL, tal como se indica en las respectivas publicaciones del BOE (Art. 2).
Además, estos productos deben cumplir adecuadamente con los requisitos de etiquetado según el artículo 9 del Reglamento de la Unión Europea 2015/2283, que indica que el consumidor deberá ser informado del producto y de sus características específicas.