No se están demoliendo “cientos de embalses en España” para provocar la sequía
La cada vez mayor falta de agua está intensificando la presencia de narrativas falsas sobre el origen del problema.
¿Qué se ha dicho?
Que el Gobierno está demoliendo cientos de embalses y presas para provocar o agravar la sequía.
¿Qué sabemos?
El Gobierno no está derribando estas infraestructuras, sino que está desmantelando cientos de azudes (barreras arquitectónicas en los ríos que desvían parte del caudal para riego y otros usos) por cuestiones medioambientales. También se están desmantelando algunos embalses, pero es porque o “no suministran agua para ninguna actividad”, o “son peligrosas o inviables económicamente”, según el Miteco.
Catalunya y ciertas zonas de Andalucía llevan al menos 6 meses de sequía prolongada, y las predicciones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) no son muy halagüeñas sobre cómo se desarrollará el resto de la estación. Esta intensificación del problema, que no se verá solucionado con las lluvias recientes, está produciendo al mismo tiempo un incremento en la esfera pública de la presencia de las narrativas que cuestionan la situación, como que la sequía se está viendo agravada, no tanto por la falta de lluvia, sino por un supuesto desmantelamiento por parte del gobierno de embalses y pantanos aprovechando la coyuntura de la sequía.
Uno de los defensores de esta teoría engañosa ha sido Santiago Abascal, líder de Vox, quien el pasado 19 de abril preguntó en la sesión de control en el Congreso por qué el Ejecutivo está “destruyendo cientos de presas y azudes [barreras en los ríos que facilitan el desvío de parte del caudal para riego y otros usos]”. La narrativa también ha aparecido en grupos de Telegram con cientos de miles de suscriptores, en los que sugieren que “están vaciando, destruyendo y provocando sequía”. "No hay sequía, es saqueo", puede leerse en otro canal.
La capacidad de almacenamiento ha crecido
Es una teoría engañosa. No es verdad que España esté destruyendo “cientos de pantanos y embalses”. De hecho, se puede observar en los Boletines hidrológicos semanales cómo la capacidad de almacenamiento de agua no se ha reducido en los últimos años, sino que incluso ha aumentado levemente. De acuerdo con los últimos registros, en los que se contabilizan los primeros ocho días de mayo de 2023, la capacidad total de los embalses era de 56.069 hectómetros cúbicos. En 2021, la capacidad era de 55.899 hectómetros cúbicos, esto es, 170 hectómetros cúbicos menos; hace una década, la capacidad era de 55.326 hectómetros cúbicos.
Lo que sí está produciéndose es el cierre progresivo de cientos de pequeñas presas, azudes o rampas de los ríos, esto es, obras empleadas tradicionalmente para derivar el agua por un conducto, y que actualmente estaban abandonadas y sin ningún aprovechamiento. En 2021 se cerraron un total de 239 azudes, 108 de los cuales en España (casi la mitad del total), siendo el país que más obstáculos había eliminado en todo el continente, según datos de Dam Removal Europe, un proyecto de la organización World Fish Migration y la Fundación Mundial de Migración de Peces. Estos informes cuantifican el número de derribos de obstáculos en ríos con el fin de restaurarlos, tanto por países como por años. Los datos que manejan provienen de instituciones oficiales y de la propia red. El Ministerio de Transición Ecológica (Miteco), también tiene datos sobre la destrucción de azudes, pero solo hasta 2021.
Cierre de embalses y presas
También se ha procedido al cierre de diversas presas en los últimos años, como la de Anllarinos en León o la de Yecla en Salamanca, pero son construcciones que, tal y como indica el Miteco, o “no suministran agua para ninguna actividad” o “son peligrosas o inviables económicamente”.
Algunos mensajes de Telegram mencionan entre los embalses a demoler el de Valdecaballeros, en Badajoz, pero, primero, no se construyó para garantizar el abastecimiento de agua, sino para refrigerar una central nuclear [que nunca estuvo en funcionamiento], y, segundo, por el momento no se ha llevado a cabo tal demolición.
Una mejora de los ecosistemas fluviales
La demolición de estas barreras, presas y embalses está contemplada en la Estrategia Nacional de Restauración de Ríos (ENRR), que tiene como fin que los ríos españoles lleguen a alcanzar el buen estado ecológico “de acuerdo con lo establecido en la Directiva Marco del Agua”, indica el Miteco en su web.
Esta norma está a su vez precedida por una directiva transcontinental de la Unión Europea, la Estrategia sobre Biodiversidad para 2030, que pide restablecer el flujo libre del agua en al menos 25.000 km de ríos europeos para restablecer los ecosistemas fluviales. De ahí que España, que además es uno de los países europeos con más barreras fluviales según un informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, en inglés), esté eliminando tales barreras físicas para lograr este objetivo.