Los envoltorios de los chicles Trident no están destinados a ser ingeridos, a diferencia de lo que afirma una tendencia viral
Una tendencia viral afirma que el envoltorio del chicle Trident es comestible, pero este no está pensado para ser ingerido
¿Qué se ha dicho?
Que las envolturas de los chicles Trident son comestibles.
¿Qué sabemos?
La envoltura no está hecha para ser ingerida, pero tampoco es tóxica. El rumor lleva años correndo, y de hecho se había compartido en un foro en el 2000.
Estos días se ha viralizado en redes sociales la idea de que los envoltorios de los chicles de la marca Trident son comestibles y que están pensados para comerse conjuntamente con el dulce. Varios vídeos con usuarios que intentan masticar el chicle con el papel protector superan el millón de reproducciones en TikTok y en YouTube, y algunos portales digitales se han hecho eco de la tendencia.
Sin embargo, en realidad, la marca Mondelēz International, la empresa que comercializa los chicles Trident, ha comunicado a Verificat que el envoltorio no está pensado para ser ingerido. La marca tampoco ha hecho ninguna publicación reciente en la que afirme tal cosa y la supuesta información tampoco aparece impresa en los paquetes de Trident.
El envoltorio no se come
Trident no ha compartido recientemente a través de ninguna vía —ni en su web, ni en sus canales de TikTok, Instagram o Twitter, ni en los propios paquetes de chicle— que los envoltorios de sus dulces sean comestibles, ni que estén pensados para ser comidos. El papel protector “no está destinado a ser ingerido, sino a conservar la frescura que caracteriza a los chicles”, desmiente en un correo a Verificat Esther Patino, mánager de Asuntos Corporativos y Comunicación de Mondelēz International en España, la empresa que gestiona la marca de chicles, señalando a Brasil, México y Colombia como los países donde más ha cuajado la tendencia de TikTok que se inició a principios de febrero
Patino recuerda que, en cualquier caso, “el envoltorio de los chicles Trident es de grado alimentario [es decir, que el material del que está hecho no migra, contamina ni mancha la comida] y, por tanto, no es un material tóxico”, pero no ha especificado los componentes del mismo. Los materiales que están en contacto con alimentos deben cumplir una normativa europea que garantiza que no suponen un peligro para la salud del consumidor ni deterioran la composición, el olor ni el sabor del producto. Sin embargo, la regulación no indica que las envolturas deban ser comestibles y, de hecho, no siempre lo son, como en el caso de las bolsas de patatas o las cajas de bombones.
Es cierto, sin embargo, que en 1994 Estados Unidos concedió una patente de envoltorios comestibles de chicles hechos de “material que pueda ser masticado e ingerido por el consumidor”. Pero que la patente exista no significa que las marcas utilicen este tipo de envoltorio.
Un rumor antiguo
La idea de que los chicles están pensados para comerse con el envoltorio no es nueva. El rumor ya se compartió en un foro de internet en el 2000, respecto a la marca británica Cinnaburst, ya extinta. El mismo rumor corrió con los chicles Stride, según ilustraba una entrada de Wikipedia del 2008, pero el portal Candy Addict lo desmintió después de comunicarse con la empresa que los comercializaba.