Las vacunas contra la covid-19 no implantan nanosensores en el cerebro que pueden ser controlados por 4G y 5G
Las vacunas contra el coronavirus no están diseñadas para introducir partículas que controlen el sistema nervioso
Corre un vídeo por WhatsApp que da a entender que las vacunas contra la covid-19 tienen la misión de implantar en el cerebro nanosensores, que permiten dar órdenes al organismo a través de las redes 4G y 5G. Es FALSO. Ninguna vacuna contra el SARS-CoV-2 está diseñada para introducir sensores microscópicos en nuestro sistema nervioso, en consecuencia es imposible que si nos vacunamos vayamos a ser controlados por redes móviles.
“Los nanosensores implantados en el cerebro pueden emitir datos en tiempo real a centros de control por medio de las redes 4 y 5G y dependiendo de los datos recibidos esos centros de control podrían emitir señales y órdenes a esos biosensores en nuestro cuerpo y cerebro”
El narrador del vídeo afirma que estos nanosensores están programados para transmitir señales, pero la realidad dista mucho de este argumento. Hace tiempo que la nanotecnología se aplica para entender el funcionamiento del cerebro y tratar enfermedades neurológicas difíciles de abordar por la complejidad del sistema nervioso. Hace 10 años, por ejemplo, ya se usaba esta técnica para diagnosticar tumores cerebrales. El avance de la ciencia ha permitido adaptarla a casos tan delicados como administrar fármacos a través de nanopartículas que logran atravesar la barrera hematoencefálica, una pequeña capa de células que recubren los vasos sanguíneos del cerebro y cuya gran impermeabilidad evita intercambios de sustancias entre el cerebro y la sangre.
Estas técnicas, sin embargo, no funcionan a través de las redes 4G y 5G, que son tecnologías móviles, la segunda más avanzada que la primera, que facilitan la velocidad de navegación y aumentan la capacidad de conexión de dispositivos móviles como teléfonos inteligentes, tabletas u ordenadores portátiles. Su diseño no está relacionado con la función de la nanotecnología en el cerebro. Tal y como explicó la Organización Mundial de la Salud (OMS) en febrero de 2020 en relación a la llegada de la red 5G y su impacto en la salud, “hasta la fecha y tras muchas investigaciones realizadas, no se ha relacionado causalmente ningún efecto adverso para la salud con la exposición a las tecnologías inalámbricas”. Además, subrayó que “los niveles de exposición a la radiofrecuencia de las tecnologías actuales provocan un aumento de temperatura insignificante en el cuerpo humano”.
La quinta generación de redes móviles se sirve de pequeñas celdas, torres, mástiles y otros sistemas de transmisión instalados en edificios, que conecta con una red principal que administra las conexiones. Su objetivo es lograr una conexión ultrarápida que permita transmitir datos usando una potencia mucho más baja.