La sequía es un problema real que afecta al agua apta para el consumo humano
¿Qué se ha dicho? Que no hay sequía porque desde el espacio se ve más …
¿Qué se ha dicho?
Que no hay sequía porque desde el espacio se ve más agua que tierra.
¿Qué sabemos?
Que la cantidad de agua que se ve desde el espacio no es indicativa de la sequía, puesto que el agua salada de los océanos no es apta para el consumo humano.
Un podcast sobre chemtrails ha afirmado que en España no hay sequía porque desde el espacio se ve más agua que tierra. Es ENGAÑOSO. El agua que se ve desde el espacio es, principalmente, agua salada de los océanos, que no es apta para el consumo humano y no se tiene en cuenta al hablar de sequía. El agua necesaria para la vida cotidiana de los seres humanos y los ecosistemas terrestres es el agua dulce, que representa tan sólo el 2,5% de toda el agua de la Tierra. El IPCC habla del aumento en la intensidad y frecuencia de las sequías como una tendencia global, mientras que España tiene un 21% del territorio está en situación de sequía prolongada y el invierno 2021-22 ha sido el segundo con menos lluvias registradas desde 1961.
Sales al espacio, ¿y qué ves? ¿Más agua o más tierra? Ha habido una gran campaña electoral, digo una campaña, perdón, publicitaria muy grande, en la que nos han estado vendiendo que hay sequía.
Es cierto que si miramos a nuestro planeta desde el espacio veremos más agua que tierra. "Alrededor del 71 por ciento de la superficie de la Tierra está cubierta de agua y los océanos contienen alrededor del 96,5 por ciento de toda el agua de la Tierra", explica el Servicio Geológico de Estados Unidos, que no es apta para consumo animal ni vegetal. De hecho, la cantidad total de agua disponible en la Tierra no cambia, sólo lo hace la forma en que está repartida: es decir, que los cambios se producen en el total de agua dulce disponible, que sólo representa el 2, 5% del total del agua disponible en nuestro planeta.
El seguimiento de las sequías
La sequía es un “rasgo recurrente del clima que se caracteriza por la escasez temporal de agua –en relación con el suministro normal– en un período de tiempo dado”, según el Ministerio por la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco). Sin embargo, el propio ministerio indica que existen más de 150 definiciones de sequía, y ninguna de ellas está universalmente aceptada. La escasez de precipitaciones, conocida como sequía meteorológica, es el origen de todas las demás.
Las zonas que sufren sequía meteorológica prolongada ocupan, a día de hoy, un 21% del territorio español. Aunque no existe una definición estandarizada de sequía, varias entidades monitorizan indicadores que permiten establecer diferentes situaciones de sequía, algunas de las cuales recoge el Observatorio Europeo de Sequía. La Agencia Española de Meteorología (Aemet), por ejemplo, revisa en su boletín anual los episodios de sequía meteorológica (ausencia de lluvias) y el Miteco monitoriza con una frecuencia mensual las regiones que sufren o están en riesgo de sufrir sequía hídrica (la caída de caudales de ríos y embalses).
Este seguimiento ha permitido caracterizar el invierno de 2021 y 2022 como el segundo más seco meteorológicamente hablando desde 1961, cuando comenzó la recogida de datos. Hasta entonces, y desde el año 1961, la Aemet había registrado hasta 7 períodos de sequía meteorológica, tres de los cuales se alargaron más allá del año.
España tiene un clima que la hace propensa a las sequías. De hecho dispone, desde 2010, de un plan de gestión de riesgo de situaciones de sequía, que planifica las vías de actuación en caso de que se dé tal situación, en lugar de responder a ellas con medidas de emergencia propias de una situación de crisis.
El cambio climático como agravante
“Las pérdidas de cosechas debidas a la sequía y al calor extremo se han triplicado en todo el continente en los últimos 50 años y se prevé que sigan aumentando a medida que se añadan grados a la temperatura global. La mayoría de estas pérdidas ocurren en el sur de Europa, con España como uno de los epicentros”, explica a Verificat Jesús Gamero, investigador especializado en el estudio del impacto del cambio climático, profesor asociado en la Universidad Carlos III de Madrid y miembro del grupo de investigación de Sociología del Cambio Climático y Desarrollo Sostenible de esta universidad y que cita el informe más reciente del IPCC como fuente.
El informe concluye con "alto nivel de confianza" que el cambio climático promovido por el ser humano, ha incrementado, probablemente, "la frecuencia de oleadas de calor y sequías simultáneas a escala mundial".
En este mismo sentido, son cada vez más los estudios que prevén un aumento de la duración e intensidad de los episodios de sequía en el sureste europeo —y especialmente en España—. Este de la Universidad de Munich sitúa a los Alpes, Francia, la zona costera del Mediterráneo y la Pennínsula Ibérica como “puntos calientes en los cuales la frecuencia de sequías extremas podría incrementarse en más de un 50%” en 2099.
Los modelos climáticos más modernos, empleados por el IPCC para llevar a cabo los últimos informes, también señalan a España como un punto caliente por el aumento de la frecuencia e intensidad de las sequías.