Es falso que exista un código de barras para productos marroquís

Una publicación viral asegura falsamente que el prefijo 611 identifica alimentos de Marruecos

Una publicación viral asegura falsamente que el prefijo 611 identifica alimentos de Marruecos

Una publicación viral asegura falsamente que el prefijo 611 identifica alimentos de Marruecos
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Circulan por X (antes Twitter) imágenes que aseguran que los códigos de barras que comienzan con los números 611 supuestamente identifican productos de origen marroquí e invitan así a hacer boicot a productos agrícolas de ese origen. Muchas de ellas van acompañadas de mensajes que especifican que se trata de alimentos que no pasan los controles sanitarios europeos.

Es FALSO. El prefijo del código de barras no indica el país de origen o fabricación de un producto, la nacionalidad de una empresa ni dónde opera. Solo señala a cuál de las 118 organizaciones miembro de GS1, la entidad internacional que gestiona y organiza los códigos de barras de todo el mundo, está asociada la empresa que lo comercializa. Por otra parte, los productos procedentes de fuera de la Unión Europea tienen que cumplir los mismos requisitos en materia de salud que los que se producen dentro de ella.

 Existe un código de barras específico para los productos de origen marroquí

La Asociación de Fabricantes y Distribuidores española (AECOC) ha confirmado a Verificat que “el prefijo del código de barras no tiene información de la procedencia del producto”, algo que también explicita el GS1 en su página web. Tampoco indica la nacionalidad de la empresa que lo produce o distribuye. Tal como especifica la AECOC en un artículo, el prefijo “reconoce la sede […] de GS1 a la cual está asociada la empresa que ha creado el código de barras”. 

Es decir, para que una empresa pueda tener un código de barras debe estar asociada a una de las 118 organizaciones miembro de GS1 que hay en el mundo. El prefijo señala la sede concreta. En el caso de la sede española se usan los prefijos comprendidos entre 840 y 849, tal como se puede comprobar en el listado de prefijos utilizados para los códigos de barras de todo el mundo. Para las empresas asociadas a la sede marroquí del GS1, el prefijo es el 611.

Es decir, un producto fabricado en Marruecos y comercializado por una empresa que se ha dado de alta en la AECOC (la sede española de GS1), tendrá el prefijo número 84 en su código de barras.

Hace años que circulan mensajes similares que aseguran falsamente que existe un prefijo exclusivo para productos catalanes, y que Verificat ya desmintió en 2019. Otras verificadoras como Maldita, miembro como Verificat de las redes internacionales de fact-checking, también han desmentido estos contenidos.

Los requisitos sanitarios no cambian

La normativa europea establece que los productos importados han de mantener los mismos requisitos y estándares a nivel sanitario que los que la Unión Europea exige a los producidos en su territorio. Así lo explicaba también a Verificat Beatriz Robles, dietista – nutricionista y tecnóloga de los alimentos.

Para que un producto vegetal –ya sean frutas, verduras o plantas– pueda entrar en la Unión Europea, tiene que cumplir con el Reglamento sobre protección de plagas, de 2016, y con el Reglamento sobre los requisitos mínimos de entrada, de 2019, entre otros. En ellos se recoge la necesidad de que lleven un “pasaporte fitosanitario” que acredite que cumplen los mismos requisitos que los productos que se comercializan en la Unión Europea.

El cumplimiento del reglamento se confirma en controles en las aduanas, especialmente cuando existe la sospecha de una posible contaminación, según explicaba el Ministerio de Sanidad a Maldita.

La diferencia entre la comida producida dentro o fuera de la UE radica en lo que se puede utilizar para cultivarla. Es decir, las condiciones de entrada de los alimentos son las mismas, pero las frutas y verduras que provienen de terceros países pueden haber utilizado productos fitosanitarios que están prohibidos en los países miembro siempre que el alimento que llegue aquí respete los límites máximos de residuos establecidos y que estos fitosanitarios no estén prohibidos en la UE por motivos de salud pública.