Es engañoso decir que Madrid es la ciudad del mundo “con mayor efecto isla de calor”

El análisis viral no ha sido revisado por pares ni publicado en una revista científica, y presenta una metodología de dudosa validez


Madridiario.es

¿Qué se ha dicho?

Que Madrid es la ciudad del mundo “con mayor efecto isla de calor”

¿Qué sabemos?

El análisis se ha hecho sobre seis ciudades del mundo, y publicado por una consultora londinense sin haber pasado por una revisión por pares. La diferencia de temperatura entre Madrid y la periferia fue, según esta empresa, de 8 ºC, pero otros trabajos académicos señalan que otras ciudades de España presentan una diferencia de temperatura mayor.

Está circulando por redes la información de que la ciudad de Madrid tiene la mayor “isla de calor del mundo”. Lo han compartido políticos, medios de comunicación y periodistas en sus perfiles de X-Twitter, pero es una afirmación ENGAÑOSA, ya que se basa en un análisis limitado de seis ciudades.

Aunque las informaciones muestran Madrid como la ciudad con el mayor efecto isla de calor del mundo, la comparación es solo respecto a otras cinco ciudades de todo el mundo. Solo en España, por ejemplo, Valencia o Murcia sufren ese fenómeno de manera más intensa. Además, el análisis “no es un estudio científico, no ha sido publicado en una revista científica ni ha sido revisado por pares”, tal y como recuerda a Verificat Dominic Royé, climatólogo y responsable de Ciencias de Datos en la Fundación para la Investigación del Clima (FIC), ya que fue realizado por analistas de datos de una consultora para probar nueva tecnología de medición de temperatura a partir de imágenes satelitales.

Madrid, la mayor ‘isla de calor’ del mundo

El efecto isla de calor urbana es un fenómeno por el que se produce un aumento de la temperatura en áreas urbanas, y que se da principalmente por la noche. Este incremento se atribuye a factores que contribuyen a acumular calor durante el día, como los materiales presentes en las ciudades como el asfalto, las fachadas de los edificios y los aparatos de climatización. Javier Martín Vide, catedrático de Geografía Física de la Universidad de Barcelona, propone en otro artículo de Verificat sobre el tema que nos imaginemos la ciudad como si se tratara de un ser vivo, ya que en ella encontramos muchos elementos que desprenden calor, “desde los hogares, el tránsito rodado, el alumbrado, las bocas de metro”, entre otros. Cuando hablamos del efecto isla de calor nos referimos, por tanto, a cuánto asciende la temperatura en un centro urbano en comparación con su periferia. 

No es cierto, al menos en términos absolutos, que Madrid sea la ciudad con la mayor isla de calor del mundo, sino que lo es respecto a seis ciudades analizadas según una consultora londinense, en cuyo informe se incluye también Bombay, El Cairo, Londres, Nueva York y Los Ángeles. Lo hicieron estableciendo un perímetro de 150 km² en torno a la ciudad, y cogiendo los datos del día más cálido del año 2022.

En el caso madrileño, encontraron que en el pico de una ola de calor en Madrid, la del 15 de junio, el punto más caliente de la isla de calor urbano se encontraba en la plaza Juan Pujol, en Malasaña, mientras que el punto más fresco se ubicó al norte de Casa de Campo, con una diferencia de temperatura de 8 °C entre los dos puntos, según el dosier. Los resultados no se obtuvieron a partir de los datos de los observatorios meteorológicos, sino usando la información proporcionada a través de imagen satelital, haciendo una estimación de la temperatura del aire en ese día concreto en función de elementos urbanos.

Para Royé, la elección de un día concreto es “el problema principal” del análisis de la consultora, pues “no significa que sea representativo para los demás”. Añade que esta diferencia en particular en ese día concreto “puede deberse a muchos condicionantes”, tales como los vientos, que en función de la dirección en la que giren, mueven la masa cálida de la ciudad hacia un punto u otro. “En una ola de calor, el exceso se va cambiando, y eso tiene que ver con varias razones, como que las condiciones atmosféricas pueden cambiar, y dependiendo de dónde proceda el viento, las masas cálidas se mueven hacia un lado u otro”, concluye.

La importancia de comprobar el origen de los datos

Esto difiere de otros trabajos sobre las islas de calor en España, como uno publicado también este año por científicos del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) de Madrid, y que señala que urbes como Valencia o Málaga presentan una diferencia de temperatura mayor entre su punto más frío y más cálido en el registro de los valores mínimos, de 11,2 °C y 9,5 °C, respectivamente, mientras que en Madrid, según ese trabajo, es de 7,1 °C. En este caso, el origen de los datos gracias a los que establecieron esa diferencia fue distinto al de los de la consultora, pues en este caso se obtuvieron a partir de estaciones meteorológicas, una ubicada en el centro, y otro en la periferia, mientras que la consultora diseñó un mapa de calor a partir de imágenes de satélite sobre un día concreto —el día más caluroso del 2022 en cada ciudad— para establecer cuál fue el punto más cálido del centro, y cuál el más fresco de la periferia. Además, esos datos corresponden a la diferencia máxima de temperatura mínima registrada, no a una media producto del análisis de los registros durante los meses de verano, que en el caso de Madrid fue de 1,3º C, mientras que en Valencia fue de 4.1 °C y de 2,1 °C en el caso de Málaga.

En otro análisis de la Comisión Europea publicado en 2022, los investigadores concluyeron que algunas ciudades suelen ser entre 10 y 15 °C más cálidas que sus alrededores rurales, aunque tomaron como fuente la temperatura del suelo, no del aire.

En cualquier caso, no se puede asegurar con rotundidad que en el análisis de la consultora el fenómeno isla de calor es el más acusado del mundo, puesto que depende del tamaño de la muestra —no es lo mismo analizar seis ciudades que 93, como hizo el Instituto de Salud Global (ISGlobal) de Barcelona en un trabajo reciente—, de la procedencia de los datos —no es lo mismo medir la temperatura del aire a través de imágenes por satélite, que tomar las temperaturas registradas en las estaciones meteorológicas—, y del intervalo de tiempo analizado —no es lo mismo analizar la variación en un día concreto, que establecer un promedio a partir de una serie de datos—, entre otras cuestiones que tienen que ver con la metodología del estudio.

Además, el análisis no se ha publicado en una revista científica desarrollada por expertos en dicha área, sino por analistas de datos de la consultora Arup para probar una “nueva tecnología de medición de temperatura del aire” obtenida a través de información obtenida por imágenes satelitales, según indica el dosier. El trabajo tampoco ha sido revisado por pares.

Finalmente, el informe de la consultora no tenía por objetivo establecer un ránking respecto a en qué ciudades el efecto isla de calor es más pronunciado —esto es, cuánto de calientes son los entornos urbanos de una ciudad en comparación con las áreas rurales cercanas—, sino “proporcionar una instantánea de cómo se pueden utilizar las herramientas digitales para comprender mejor los puntos calientes de la isla de calor urbano de la ciudad”, indican los autores del trabajo en el dosier con los resultados, que puede descargarse gratuitamente en la página de la empresa.