Elena Mistrello: «Tenemos el deber de formar personas conscientes, capaces de informarse»

Elena Mistrello es profesora en la Scuola Italiana di Barcellona y en esta entrevista nos ha explicado como ha sido su experiencia de llevar El laberinto de la información al aula. 

El laberinto de la información es una herramienta educativa que hemos creado conjuntamente con Maldita y EduCaixa para niños y niñas de 8 a 12 años. El Laberinto es un recurso didáctico en formato de juego para que el alumnado aprenda a identificar la desinformación, entender la publicidad y navegar por el mundo digital.

Para empezar, es muy interesante tu perspectiva como docente. En especial, qué necesidades detectas entre el alumnado en lo que se refiere a la alfabetización mediática e informacional, tanto en el entorno digital como en la vida real.

Es importante trabajar la educación mediática informacional con el alumnado porque vivimos en una época en la que estamos expuestos a innumerables informaciones que las nuevas tecnologías y las redes sociales nos ofrecen. Tenemos el deber de formar personas conscientes, capaces de informarse, capaces de gestionar su camino de vida. Los hechos de los últimos años nos han permitido comprender que la desinformación es muy peligrosa a nivel individual y global.

Los docentes, haciendo su trabajo, ya tenían algunas de las herramientas adecuadas: pienso en el estudio de la cultura humanista, con su enfoque en la lectura, análisis y comprensión de los textos clásicos; pienso en el estudio de la historia y de la filosofía, que ayuda a desarrollar el pensamiento crítico, la búsqueda de la verdad, el espíritu cívico democrático y el comportamiento ético para una respetuosa convivencia civil. Pero un proyecto como El laberinto de la información ofrece un enfoque más específico.

¿Cómo es trabajar la alfabetización mediática en primaria? ¿Consideras que es importante? ¿Por qué? 

Empezar ya en la escuela primaria un proyecto como El laberinto de la información es útil porque los niños se acercan muy pronto al mundo de internet, a menudo sin un control parental adecuado; buscan informaciones y “lo encontré en internet” para ellos significa “es cierto”, parece que tienen el prejuicio que lo que está en internet es siempre correcto. Además, el exceso de información que hay en internet les confunde. 

Me parece que las familias se centran más en avisar sobre los peligros de internet (estafas, falsas identidades…), que no sobre la desinformación que se puede encontrar.

¿Cómo has sido implementar un proyecto de este tipo en el aula? ¿Cómo lo ha recibido el alumnado? 

El laberinto de la información proporciona a los docentes unas herramientas diferentes de las que utilizamos habitualmente. Después de haberlo experimentado con mis alumnos, puedo afirmar que resulta divertido, simple, cautivador y eficaz.

Al comentar cada módulo, todos los niños estaban entusiasmados, pidiéndome empezar el siguiente; las palabras clave (pensamiento crítico, hechos/opiniones…) permiten enfocar la atención de los niños en los conceptos fundamentales, recordando los conceptos también durante otras clases.

Sobre todo mis alumnos recuerdan a menudo, durante diferentes clases, la idea que es necesario utilizar el pensamiento crítico, no por desconfianza, sino por ganas de aprender, profundizar, razonar y reflexionar. Como profesora, he aprendido mucho y también lo he disfrutado muchísimo con mis alumnos.