¿Cuál es la metodología de trabajo de los verificadores?

Las plataformas de fact-checking son unas recién llegadas al entorno digital. De hecho, surgen para …

Las plataformas de fact-checking son unas recién llegadas al entorno digital. De hecho, surgen para dar respuesta al fenómeno de la desinformación y aparecen a principios de siglo en los Estados Unidos mientras que a Europa no llegan hasta el 2010, como ya os explicamos en este artículo. Por ello, tanto su metodología como sus rutinas productivas siguen siendo un misterio para el gran público. ¿Cómo se trabaja en una plataforma de verificación? ¿Cómo se eligen las informaciones que se verifican? ¿Qué metodología se utiliza para su contextualización?

Lo primero que debemos saber es que los fact-checkers analizan tanto el discurso político como el contenido que circula en las redes sociales que genera conversación, pero no verifican:

 

– Promesas de campaña

– Opiniones

– Comentarios en conversaciones privadas

 

Es decir, los fact-checkers trabajan principalmente con hechos. Una vez buscado y seleccionado el mensaje a verificar (en el argot este mensaje se denomina claim), se identifica el origen de la información. Se contacta con la fuente original y se consultan otras fuentes expertas y bases de datos para contextualizar la información. Después de consultar, al menos, un par de fuentes complementarias, las plataformas de verificación emplean clasificaciones distintas para categorizar sus hallazgos.

 

En Verificat, por ejemplo, después del trabajo de investigación, la información se contextualiza con las siguientes etiquetas:

Verdadero: La información se reafirma tras consultar las distintas fuentes.

Engañoso: Contiene alguna información verídica pero esconde hechos relevantes. Es una verdad a medias, insuficiente o manipulada para generar confusión.

Falso: Las fuentes oficiales y las investigaciones no respaldan la afirmación.

No comprobable: Los datos oficiales disponibles o las investigaciones realizadas no son suficientes para probar si es verdadero o falso.

 

Pero esta clasificación no es unívoca ni universal. Cada plataforma de fact-checking tiene la suya propia y las hay que son más exhaustivas y más laxas. Por ejemplo, Snopes emplea 16 categorías, que van desde el Verdadero al Falso, pasando por “sin pruebas”, “sin una atribución correcta” u “originado como una sátira”. En el lado opuesto, Full Fact no emplea ninguna clasificación porque considera que no comunican los matices que hay detrás de la investigación.

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