Catalunya no está en la media de la financiación autonómica, como dice el líder de los socialistas del Aragón

De hecho, no hay consenso a la hora de calcular la financiación autonómica

De hecho, no hay consenso a la hora de calcular la financiación autonómica

Javier Lambán al programa Cafè d'Idees
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¿Qué se ha dicho?

Que Catalunya no es de las comunidades autónomas peor financiadas y que, de hecho, está en la media, según un estudio de FEDEA.

¿Qué sabemos?

Que el informe de FEDEA es más específico en el análisis y no concluye en las declaraciones de Lambán, sino que, de hecho, reconoce las carencias del sistema de financiación autonómica.

El secretario general del PSOE en Aragón, Javier Lambán, dijo en una entrevista al programa Café de Ideas del 18 de noviembre (minuto 17:36) que “Catalunya no es de las comunidades autónomas peor financiadas”, sino que “está más o menos a la media”. Lambán hace referencia “en los estudios de FEDEA” que exponen varias formas de calcular la balanza fiscal entre Catalunya y España y concluyen que el déficit catalán es “aproximadamente el que le toca de acuerdo con su nivel de renta”. ¡Te lo explicamos!

«Los estudios del FEDEA, el magnífico libro de Josep Borrell, deja claro que Catalunya no es de las comunidades autónomas peor financiadas. Está más o menos a la media«

Javier Lambán, secretario general del PSOE en Aragón

El último artículo sobre el tema publicado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA), y que saca conclusiones relacionadas con las declaraciones de Lambán, es Las balanzas fiscales y algunas cuestiones relacionadas, publicado en julio del 2024. El artículo muestra, utilizando el método de carga-beneficio, la relación entre el saldo fiscal por habitante de cada territorio y su PIB per cápita, con datos del Sistema de Cuentas Públicas Territorializadas (SCPT) del 2011 y hace una regresión para exponer “la relación ‘normal’ en España entre la renta per cápita y el saldo fiscal regional” (página 5). Concluye que Catalunya tiene el déficit que “le toca” de acuerdo con su nivel de renta, teniendo en cuenta que “está entre las regiones con mayor renta per cápita”.

A continuación, usando un método conocido como “financiación homogénea”, que resulta de calcular el esfuerzo fiscal de las autonomías en el caso hipotético de tener homogeneidad de competencias establece que Catalunya “ha estado siempre alrededor de la media de las comunidades autónomas de régimen común”.

Esto no quiere decir que esté “a la media” en términos de financiación, como asegura Lambán, sino que “su déficit fiscal está entre los más altos de España porque su PIB per cápita también lo está”. Aun así, el informe apunta (página 8) que hay problemas que “tienen que ver con la elevada desigualdad en el reparto de recursos entre autonomías y su alto grado de arbitrariedad” y que el sistema puede generar “diferencias importantes en la calidad de los servicios públicos de competencia autonómica”.

Más adelante, el estudio añade a la ecuación el impacto del Sistema de Financiación Autonómica que transforma la capacidad fiscal en financiación definitiva. Es entonces cuando Catalunya pasa a ocupar la segunda posición por la cola junto con el País Valenciano y por detrás de Madrid (página 8). Con estos datos, el mismo informe apunta que el sistema de financiación vulnera “sistemáticamente el principio de ordinalidad”.

Verificat ha pedido al departamento de prensa del PSOE de Aragón que aclarara el origen de sus datos, pero en el momento publicar esta verificación, no había obtenido respuesta. El libro de Josep Borrell, actual vicepresidente de la Comisión Europea, al cual hace referencia Lambán, Las cuentas y los cuentos de la independencia (Editorial Catarata), busca “poner en entredicho las hipótesis en que se basan los cálculos” de la proclama independentista de “España nos roba”. En el escrito, sin embargo, Borrell reconoce que el déficit fiscal catalán es superior al que se puede justificar por el efecto redistributivo, pero matiza este excedente del 8,5% del PIB (de donde salen los 16.000 millones) y lo deja en un 1,5% (equivaliendo a 3.000 millones).

Ernest Pons, doctor en Ciencias Económicas y Empresariales en la Universitat de Barcelona (UB) alerta que “ala hora de la verdad, cuando se tienen que calcular estas balanzas [fiscales] no hay un único criterio para hacer las imputaciones, de forma que puede pasar que dos autores obtengan resultados diferentes por criterios diferentes. Y no es que esté bien o mal”. No hay un consenso entre expertos sobre cuál es el método más esmerado para calcular la balanza fiscal, tal como explicamos ya el 2021 y en el portal de Catalunya en Dades.

El método de carga-beneficio

El actual sistema de financiación catalana se basa en el modelo de las comunidades autónomas de régimen común y está establecido desde el 2009 por la Ley 22/2009. Con esta base legal Catalunya recauda directamente unos 10 euros de cada 100 pagados por su población (a través de los impuestos propios), y los otros 90 los recauda el Estado (a través de la Agencia Tributaria) que, posteriormente, devuelve unos 40 a la comunidad autónoma a través de transferencias. Los otros 50 son gestionados por el Estado que sigue, principalmente, una política redistributiva entre comunidades autónomas. Esto no quiere decir que en Catalunya solo se invierta el 9% de los impuestos que se recaudan, como también explicamos anteriormente.

Para comparar lo que cada comunidad autónoma aporta al Estado con aquello que recibe de él existen las balanzas fiscales, que se pueden calcular de dos maneras: mediante el método de carga-beneficio y el del flujo monetario. El primero considera como gastos del territorio todos los que generan algún tipo de beneficio para la ciudadanía de la región, independientemente de donde se hayan efectuado.

El método del flujo monetario

El método del flujo monetario, más subrayado tradicionalmente en las comunicaciones de la Generalitat, en cambio, computa como gasto solo el que se hace de manera efectiva en el territorio en cuestión y deja de banda todo aquello que se efectúa fuera de la comunidad autónoma (fruto de las competencias del Estado). Esta aproximación siempre da déficits más altos que el de la carga-beneficio en Catalunya, pero, en cualquier caso, la balanza fiscal siempre es negativa.

Sea como fuere, el dibujo de la balanza fiscal ha cambiado en los últimos años en comparación con el 2011 (que es de cuando data el estudio de FEDEA): el cálculo de la Generalitat para 2021 era de unos 22.000 millones de euros, el 9,6% del PIB catalán, de acuerdo con el método del flujo monetario, y del alrededor de 15.500 millones de euros, el 6,9% del PIB, con el de carga-beneficio; comparados con el 7,7% y el 5,7% de 2011.

La evaluación de la financiación con las balanzas fiscales “es un tema de equidad interterritorial”, según explica el economista de la UB a Verificat, que “tiene que ver con el hecho que pueda haber (o no) ciertos territorios que puedan estar peor financiados que otros”. Más allá de si las balanzas fiscales son positivas, negativas o nulas, otra manera de evaluar el grado de cumplimiento del estado con las comunidades autónomas es analizar cómo cumplen con los presupuestos, explica.

Presupuesto inicial y ejecución presupuestaria

Catalunya es la comunidad autónoma que más inversión presupuestaria recibe en cifras absolutas, pero no per cápita, tal como explicamos desde Verificat durante la campaña de las elecciones al Parlament de 2024. Al mismo tiempo, sin embargo, Catalunya es la cuarta comunidad donde el Estado más ha incumplido los presupuestos, de media, entre 2015 y 2021 (el último año con datos). Para este último ejercicio, estaba a la cola.

Entre 2015 y 2021, los territorios donde el Estado más ha incumplido los presupuestos, de media, han sido el País Vasco (donde ha invertido el 40% de lo presupuestado), Cantabria (50%) y el País Valenciano (59%), seguidas de Catalunya (60%).