Arruinarse por 3 botellas de vino: cómo el boca a boca contribuye a generar desinformación
No es cierto que unas chicas pagaran 66.000 euros por tres botellas en el ABaC de Jordi Cruz
Hay algunas historias que has escuchado tantas veces que ya no sabes cómo decirle al amigo que te le cuenta que es falsa: la leyenda urbana que dice que la muralla china se ve desde el espacio, la que asegura que el avestruz esconde la cabeza bajo tierra en situaciones de peligro, o el mito extendido de que las uñas y el cabello siguen creciendo después de morir.
La que nos ocupa hoy es una historia sobre un grupo de amigas que acuden a un restaurante con estrella Michelin. Les dan la carta de vinos y seleccionan uno que, según ven, cuesta 22 euros. Cuando acaban la botella, el camarero les pregunta si quieren otra, y después otra. Llega la hora de pagar, ¿y qué pasa? Se encuentran con una factura de 66.000 euros que no pueden pagar. El problema es que, cuando han mirado el precio, no se han dado cuenta de que detrás del 22 no había una €, sino una K, la contracción para indicar “mil”.
La historia presenta algunas variaciones según quien la explique: puede cambiar, por ejemplo, el restaurante en el que tiene lugar o el precio del vino (en una primera versión, eran 18.000 euros por botella). Se dijo, por ejemplo, que había pasado en el restaurante ABaC, pero Jordi Cruz, propietario del local, lo desmintió a través de una publicación en su Instagram.
El posible origen del rumor
Algo similar ocurrió en Alemania: los hechos en cuestión tuvieron lugar en el restaurante Mon Amie Maxi, en Frankfurt, Alemania, en mayo de 2023. La historia, publicada en el tabloide Bild, ha sido confirmada a Verificat por el restaurante a través de una llamada: un grupo de personas llegó a Mon Amie Maxi y una de ellas pidió una «botella especial» que quería regalar al grupo. Tras consultar con el sumiller, el protagonista escogió una botella de 13.000 euros.
Resulta que cuando llevaron la cuenta, el hombre que pidió la botella aseguró que el camarero le había dicho un precio de 1.300 euros. El final de la historia cambia según quien lo cuenta: el propio restaurante nos ha indicado que finalmente, y para evitar problemas legales, el cliente acabó abonando el champán; mientras que Bild asegura que el restaurante denunció al cliente. Es un buen ejemplo de cómo funcionan los rumores: pueden partir o no de una historia real, pero por el mero hecho de ir pasando de una persona a otra podrán sufrir modificaciones.
El boca-oreja también debe comprobarse
Existen multitud de historias de este tipo que se esparcen y van pasando de una persona a otra. Si nos fijamos, podemos ver cómo estos mensajes suelen ser impactantes, y como decimos siempre, la desinformación busca despertar emociones. Un mensaje asombroso te llamará la atención más fácilmente y tu impulso seguramente será compartirlo.
Muchas veces estos rumores nos llegan directamente de personas cercanas, que nos aseguran que esto le ha ocurrido a un colega suyo. Ante esto, es normal tener ciertas reticencias a verificar la información: ¿por qué debería engañarnos, si es nuestro amigo? Pues lo más probable es que él mismo no sea consciente de que está esparciendo un fake. Esta es una prueba muy clara que confirma por qué no podemos fiarnos de una historia sospechosa, aunque nos la cuente alguien conocido.
Te invitamos a comprobar también aquellos mensajes que te llegan de personas más cercanas y que te parecen inverosímiles. Si se trata de un rumor recurrente, haciendo una pequeña búsqueda deberías encontrar alguna web que lo desmintiera. Otra herramienta que te puede ser útil es revisar las fuentes: ¿son fuentes primarias? ¿Son fiables? Si después de estos pasos no has encontrado nada, lo mejor que puedes hacer es no compartirlo. Es probable que estés ante una información falsa.
Los rumores zombi
Al igual que los zombis son humanos que han muerto y después han resucitado en una forma mucho más tenebrosa, los rumores zombi son aquellos que, a pesar de haber sido desmentidos repetidamente, siguen circulando y esparciéndose en línea. Estos mensajes falsos se siguen compartiendo, de forma similar a cómo los zombis en la cultura popular son difíciles de detener o eliminar.
Ser críticos y verificar la información antes de creerla o compartirla contribuirá a frenar la desinformación. Además, los falsos rumores pueden contribuir a la polarización de la sociedad. ¡La educación en alfabetización mediática y la verificación de hechos son herramientas importantes ante estos casos!