¿Somos más feministas que hace 25 años?

En 1997, Ana Orantes salió en horario de máxima audiencia en televisión para explicar que había sufrido maltrato por parte de su marido desde hacía 40 años. Ana, de 60 años, se convertía en la primera mujer en España en denunciar en pantalla que había sufrido violencia machista. Trece días después de su aparición pública, él decidió asesinarla, un crimen machista que marcó un antes y un después en la sensibilización y lucha por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres en España.

Desde entonces, se ha aprobado la Ley orgánica de 2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, la primera ley específica para combatir la violencia machista. También se han promulgado leyes que buscan luchar contra la discriminación de la mujer en aspectos como los derechos sexuales y reproductivos, la libertad sexual, la igualdad en el acceso al empleo o la representación paritaria en cargos políticos y empresariales. 

La sociedad también se ha movilizado activamente en contra de las violencias machistas, con manifestaciones cada 8 de marzo y una conversación continuada que recibió un gran empujón con la indignación social por el caso de La Manada en 2018 y por las influencias del #MeToo a escala global.

Según los datos del Ministerio de Igualdad, desde su registro (a partir de 2003), 1.293 mujeres han muerto asesinadas por violencia de género por violencia de género. En 2024 fueron 48, doce de ellas en Cataluña. A pesar del consenso social en favor de la equiparación de derechos entre hombres y mujeres, la creciente polarización en las generaciones más jóvenes abre la pregunta sobre el futuro de la igualdad.