¿En quién confiamos? La DANA y la importancia de la confianza crítica
La información viene de todas partes, pero, ¿cómo sabemos en quién debemos confiar? ¿Cómo concienciar al alumnado sobre la problemática de la desinformación y trabajar la confianza crítica?
La información viene de todas partes, pero, ¿cómo sabemos en quién debemos confiar? ¿Cómo concienciar al alumnado sobre la problemática de la desinformación y trabajar la confianza crítica?
Desde el paso de la DANA, hemos recibido —y seguimos recibiendo— mensajes sobre el número de fallecidos, los destrozos materiales y las ayudas que llegan o no a las zonas afectadas. Muchos de estos mensajes nos llegan a través de redes sociales, canales de noticias o, incluso, en conversaciones con amigos o familiares. La información viene de todas partes, pero, ¿cómo sabemos en quién tenemos que confiar? ¿Cómo podemos concienciar al alumnado sobre el problema de la desinformación y trabajar la confianza crítica? Al final de este artículo encontraréis materiales para llevar este trabajo al aula.
Hace unos días se viralizó un clip en directo en el que TheGrefg leía un comentario que describía las supuestas consecuencias de la DANA en el aparcamiento de Bonaire, estimando que se habían encontrado más de mil muertos. Esta información es falsa, tal como confirmó este miércoles el gobierno español, después de que la UME y la policía científica terminaran de evacuar las instalaciones sin encontrar víctimas mortales. Aun así, el vídeo tiene más de un millón y medio de visualizaciones.
Durante esta semana ha circulado más de un mensaje con información falsa sobre la actuación de la UME en el aparcamiento del centro comercial de Aldaia, aunque no ha sido el único foco de desinformación. Se ha hablado de teorías de la conspiración sobre el origen de la DANA que golpeó Valencia, de la supuesta caída del radar de la Aemet durante el episodio de lluvias intensas y, además, se afirmó erróneamente que Méteo-France había emitido una predicción más precisa del alcance del fenómeno meteorológico que la agencia española.
También se difundió que el teléfono de emergencias no funcionaba, circularon decenas de imágenes falsas o descontextualizadas (1, 2) y aparecieron estafas que se aprovechan de la urgencia de la situación para presionar con donaciones inmediatas. En momentos de crisis es normal responder con emociones como angustia, miedo o rabia, especialmente ante la incertidumbre. Sin embargo, por muy naturales que sean esas emociones, nos hacen vulnerables a la desinformación.
Incluso en momentos como este, en internet y en las redes sociales se compite por nuestra atención. Algunas páginas y programas buscan mostrar las escenas más trágicas para impactar al espectador y mantenerlo mirando la pantalla. Cuando una imagen nos emociona o un mensaje de alerta nos preocupa, no nos detenemos a mirar quién comunica esa información ni a verificarla. Por eso es importante tener cuidado, ya que, sin querer, podemos acabar contribuyendo a la desinformación. Un solo mensaje fuera de contexto —y sin necesariamente intención de hacer daño— puede desencadenar muchas respuestas que aumentan la angustia en una crisis. Este pánico puede empeorar la situación al amplificar la desinformación y contribuir a un caos colectivo.
Enseñar confianza crítica: una propuesta de Verificat
La información nos permite tomar buenas decisiones. En los talleres que impartimos en institutos, en el marco del programa Desfake, planteamos un ejemplo muy sencillo. Si alguien publica un mensaje en redes sociales asegurando que el centro está inundado y que se han cancelado las clases, podríamos tomar la (mala) decisión de no ir. Si la información que recibimos no es correcta, esto puede llevarnos a decisiones perjudiciales para nosotros y nuestro entorno.
Queremos respuestas inmediatas y simples que expliquen el problema y nos ayuden a darle sentido, pero esto no siempre es posible. La clave para estar bien informados es mantener la calma y recurrir siempre a fuentes de información fiables y rigurosas, especialmente en situaciones de crisis en las que somos particularmente vulnerables. Tenemos a nuestro alcance muchísima información, pero estamos desorientados y, por eso, es imprescindible fomentar la confianza en las instituciones científicas oficiales. Ningún sistema es perfecto, pero agencias como la AEMET trabajan para ofrecer datos precisos y rigurosos que nos permitan tomar buenas decisiones sobre temas que quizás no comprendemos. Javier Salas decía en un video para El País que promover la desconfianza en las instituciones científicas implica que, la próxima vez que las alertas sean necesarias, la población no confiará en ellas.
Confiar no significa aceptar incondicionalmente sin cuestionar nada, sino entender que la ciencia es la mejor herramienta que tenemos para resolver y comprender problemas complejos. Se trata de ser críticos, de preguntar por qué, pero también de asumir que no podemos saber ni entenderlo todo y que, por tanto, necesitamos el apoyo y el consejo de los profesionales. Confiar en los expertos y en las instituciones científicas nos ayuda a tomar decisiones basadas en hechos y no en el miedo o el pánico.
Las nuevas generaciones están conectadas, tienen acceso a mucha información, y eso implica una gran responsabilidad. El profesorado y las familias deben acompañarles para que aprendan a ser críticos no solo con el contenido que consumen, sino también con el que comparten.
Con este objetivo en mente, el equipo de Verificat ha preparado materiales basados en la información que se ha difundido estos días en relación con la DANA, con el fin de concienciar al alumnado sobre la problemática de la desinformación y trabajar la confianza crítica. Podéis acceder a los materiales en PDF de forma gratuita a través de este enlace: Plan de trabajo – Desinformación de la DANA.