La ciudad de los 15 minutos no es un plan para prohibir que la gente salga de sus barrios
“Ninguna norma puede limitar en situación de paz la libertad ambulatoria”, indican los expertos consultados por Verificat
¿Qué se ha dicho?
Que las ciudades de los 15 minutos son planes que buscan coartar la libertad de movimiento de las personas evitando que salgan de las ciudades.
¿Qué sabemos?
La propuesta de la ciudad de los 15 minutos es un planteamiento teórico que pretende acercar ciertos servicios tales como los centros de salud, las escuelas o el ocio a un radio de no más de 15 minutos andando de las personas, para reducir el uso del transporte privado. “Ninguna norma puede limitar, en situación de paz, la libertad ambulatoria”, indican los expertos consultados por Verificat.
Estas semanas están circulando numerosos vídeos, fotografías y pódcasts que aseguran que las ciudades de 15 minutos, en referencia al modelo urbanístico que apuesta principalmente por reducir los desplazamientos e impulsar una vida basada en la proximidad y que se ha empezado a implementar en ciudades como París, Bogotá o Barcelona, pretenden prohibir las entradas y salidas de los barrios para segregar a sus habitantes.
El tema también ha llegado a la política. Jorge Buxadé, vicepresidente de Acción Política de VOX, señaló durante una rueda de prensa [minuto 43:10] el 20 de febrero que se trata de “una medida para restringir la libertad de las personas”. Durante la sesión de control en la Asamblea de Madrid celebrada este jueves [minuto 1:18:55], la consejera de Medioambiente, Vivienda y Agricultura de la Comunidad de Madrid, Paloma Martín, señaló, a la pregunta sobre qué opina de este modelo, que en su partido, el Partido Popular, “no compartimos la imposición de un modelo […] planificado para ejercer el control sobre la vida de la gente”.
Pero la idea de que este plan es una forma de controlar la vida de la gente o que es una medida para restringir la libertad de las personas es FALSA. El modelo urbano de la ciudad de los 15 minutos no pretende imponer barreras físicas ni impedir la movilidad de las personas fuera del radio de 15 minutos en el cual viven. Esta propuesta tiene como fin reducir los desplazamientos innecesarios y que el ciudadano tenga acceso a los servicios básicos, lugares de ocio y trabajo en un radio de 15 minutos caminando o en bicicleta de su domicilio, tal y como explica a Verificat el creador de este concepto, el urbanista Carlos Moreno, cuya propuesta se puede leer en profundidad en un artículo publicado en 2022 en la revista Nature.
Desde el punto de vista constitucional, además, “la eventual restricción de un derecho fundamental como es el de la libertad de residencia y de circulación libres implica que ningún gobierno, sea del color político que sea, obligue al ciudadano a no salir o entrar en cualquier parte, sitio o lugar del territorio nacional”, señala a Verificat Ignacio Álvarez Rodríguez, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Coincide con él Álvaro José Sánchez, abogado del área de Derecho Administrativo y Tributario de Legalion, un bufete que durante la pandemia se especializó en recurrir las multas por los confinamientos: “Ninguna norma puede limitar, en situación de paz, la libertad ambulatoria”, declara.
Las ciudades 15, o ciudad a 15, que básicamente es meter directamente a las personas para que no salgan de ahí [sus barrios]
Las ciudades son los espacios que más contribuyen al cambio climático. Por eso, legisladores y urbanistas están replanteando desde hace tiempo su modelo actual, estableciendo nuevas formas de movilidad en las que predomine el transporte público y los desplazamientos a pie. Vinculado a esta idea está la “ciudad de los 15 minutos”, impulsada por el urbanista Carlos Moreno y que, según indica, se encuentra en la agenda común adoptada por los alcaldes y alcaldesas de las ciudades que forman parte de la red C40 —también conocido como Grupo de Liderazgo Climático, es un grupo de ciudades que pretenden reducir las emisiones de carbono y adaptarse al cambio climático—, como París, Barcelona y Bogotá.
Esta propuesta no indica específicamente que haya que reducir el tráfico ni restringir el paso de los vehículos, sino que plantea, a través de la dotación de ciertos servicios en los barrios como centros de salud, colegios, parques, etcétera, a quince minutos de cada ciudadano, una reducción de la necesidad de usar un medio de transporte para llegar a ellos. “En vez de las grandes distancias que tendemos a recorrer, […] cambiáramos el modo de vida para crear menos transporte obligado, más zonas verdes, más comercios, trabajar a distancia, más vida de barrio”, declara Moreno.
Pese a que el urbanista presentó su idea de proyecto en 2016, no ha sido hasta ahora cuando ha comenzado a tener cierta relevancia por parte de mandatarios políticos que quieren aplicar este planteamiento teórico en sus ciudades. La aparición en el debate público ha derivado en malinterpretaciones y mensajes engañosos emitidos por representantes políticos y medios de comunicación de la derecha y la extrema derecha que aseguran que, en realidad, se trata de un plan para controlar la vida de las personas o restringir la libertad de movimiento de los ciudadanos.
Sin embargo, las estructuras legales que posibilitan estos supuestos encierros no son fáciles de aplicar, y “salvo situaciones de Estado de Alarma, Sitio y Excepción, como tuvimos ocasión de ver durante la crisis sanitaria del covid, no existe estructura jurídica que permita limitar a los ciudadanos el libre movimiento”, señala Sánchez.
Álvarez Rodríguez pone como ejemplo los confinamientos durante la pandemia, los cuales afectaron “a los derechos fundamentales”, que “no solo los restringió”, sino que “los suspendió de facto”, por lo que fue los confinamientos “fueron declarados inconstitucionales por el Tribunal Constitucional”. El experto se pregunta que “si se llegó a declarar inconstitucional el confinamiento, ¿qué no se podría declarar inconstitucional [respecto al] hecho de que se te obligue o impida que te puedas mover libremente por tu ciudad?”.
“La libertad ambulatoria es un derecho fundamental en los países occidentales, por lo que no existe caso alguno de limitación de movilidad en situaciones de normalidad política”, concluye el abogado del bufete de Legalion.
Hay que recordar que la modificación del tráfico urbano es una iniciativa consistente con las recomendaciones del IPCC o Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, la entidad científica líder en la evaluación del cambio climático, que en su informe para legisladores publicado en 2018 señaló que limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados requiere “transiciones rápidas y de gran alcance en los usos de la energía, la tierra, la infraestructura urbana (incluidos el transporte y los edificios) y los sistemas industriales”.
Un bulo que comenzó en Reino Unido
La narrativa falsa sobre estos supuestos confinamientos involuntarios surgió en el condado de Oxfordshire hace unas semanas, cuando su alcalde aprobó una serie de medidas para reducir el tráfico y la contaminación a partir de 2024. Tales medidas consisten en restricciones de movilidad en algunas calles céntricas de la ciudad para reducir la congestión del tráfico urbano.
Pero no es parte intrínseca del plan de implementación de la ciudad de los 15 minutos, tal y como indican fuentes oficiales del condado: “La desinformación online ha relacionado los filtros de tráfico con la propuesta de barrios de 15 minutos en el Plan Local 2040 del ayuntamiento, lo que sugiere que los filtros de tráfico se utilizarán para confinar a las personas en su área local. Esto no es verdad”. El comunicado explica que una cosa es ese plan, y otra son los filtros para el tráfico, gracias a los cuales los residentes “podrán seguir conduciendo a cualquier parte de la ciudad en cualquier momento, pero en el futuro, en los momentos en que los filtros estén funcionando, es posible que los conductores tengan que tomar una ruta diferente —por ejemplo, usar la carretera de circunvalación— si desean viajar en coche”.
De no ser cumplidas implicarán una serie de multas, pero no se les impedirá a los ciudadanos salir de su vecindario y podrán ir a cualquier parte de la ciudad, aunque eso implique ir por un camino distinto al habitual.
Personalidades recurrentes dentro del mundo de la desinformación, como Jordan Peterson, al que otros miembros de la International Fact-Checking Network como AAP y AFP Fact Check ya han verificado con anterioridad, publicaron mensajes que tuvieron un gran alcance y sembraron el miedo y la duda en redes sociales. Estos mensajes hablaban, por ejemplo, de un supuesto plan de las “élites globalistas” para encerrar a la población en los barrios, de forma muy similar a los confinamientos durante la pandemia. En España, en programas como El Gato al Agua, emitido en El Toro TV, uno de sus presentadores afirmó que la propuesta “es muy orwelliana”, pues “expone una idea que suena fenomenal, pero supone todo lo contrario en la práctica”.
El impacto de los ataques a la propuesta ha sido tal que concejales locales de Oxford han recibido amenazas de muerte por una medida que los conspiracionistas denominan “confinamientos climáticos”, pero tales afirmaciones, que han resultado ser falsas y engañosas, han sido verificadas por decenas de agencias de verificación en todo el mundo, como Reuters, Associated Press o Full Fact.