¿Qué es el fact-checking?
Los fact checkers actúan de manera reactiva desmintiendo hechos e información que ya circula en internet, pero nunca opiniones personales. Así pues, el fact-checking, tal como lo entendemos hoy, es un producto de la era digital.
En sus orígenes, la verificación de hechos era un proceso interno de los medios de comunicación que consistía en la revisión de los datos y los hechos de una noticia antes de su publicación. Los actores encargados de verificar eran los periodistas, que tenían que salir al exterior a buscar la noticia y tenían las herramientas y los conocimientos para identificar información falsa o engañosa.
El paradigma cambia radicalmente con la llegada de internet. Este nuevo canal amplía el acceso a la información y permite al usuario generar y difundir sus propios contenidos, lo que abre las puertas a la infoxicación. El exceso de información y la llegada de múltiples canales por dónde difundirla (redes sociales y mensajería instantánea, entre otros) provoca una crisis de confianza hacia los periodistas, que redefine el ejercicio del fact-checking.
La infoxicación y los múltiples canales de difusión hacen que los periodistas no lleguen a todo. Los fact checkers actúan de manera reactiva desmintiendo hechos e información que ya circula en internet, pero nunca opiniones personales. Así pues, el fact-checking, tal como lo entendemos hoy, es un producto de la era digital. En 1994 nace en Estados Unidos Snopes, la primera plataforma de verificaciones en línea que aparece con el objetivo de validar y desmentir mitos, rumores y leyendas urbanas que circulaban por internet. Nueve años más tarde, en 2003, se crea FactCheck.org, la primera plataforma de fact-checking político que desmiente declaraciones y afirmaciones basadas en hechos de políticos estadounidenses.
En Europa, las plataformas de verificaciones se popularizan en la década de 2010. En 2015 se crea la International Fact-Checking Network, un foro para verificadores de todo el mundo organizado por el Poynter Institute for Media Studies. El IFCN se encarga de supervisar las tendencias y los formatos en la verificación de datos, así como de establecer un código de principios basado en la imparcialidad, la equidad, la transparencia de las fuentes, la transparencia en la financiación, la transparencia de la metodología y el compromiso con las correcciones abiertas y honestas, que toda plataforma de verificaciones debe cumplir.
En España, el primer equipo de periodistas reconocido por la IFCN fue el del programa de televisión El Objetivo conducido por Ana Pastor en 2017. De ese equipo, surgirían más tarde las dos principales organizaciones de verificación del país, Maldita.es y Newtral, ambas miembros del IFCN desde 2018. En 2019 se fundaba Verificat, la primera plataforma de verificación de Catalunya, que entró a formar parte de la IFCN en noviembre de 2020. Unos meses antes, lo hacía el departamento de verificación de datos de la agencia pública de noticias EFE, EFE Verifica. También dentro del sector público, la plataforma de verificación de RTVE o el programa Fets o Fake de Catalunya Ràdio se ocupan de hacer fact-checking aunque no tienen el reconocimiento del IFCN.
La tarea de los fact-checkers o verificadores es esencial en la era del exceso informativo y las redes sociales, pero para que la misión de acabar con la información falsa se cumpla, es necesario que cualquier ciudadano sepa identificar este tipo de contenidos. La alfabetización digital es fundamental para que cualquiera tenga a mano las herramientas necesarias para informarse sin caer en falsedades o engaños. Recuerda, tú también puedes prevenir las noticias falsas. Si no estás seguro de que sea cierto, ¡no lo compartas!