Pere Soler: “Los jóvenes estarán empoderados cuando puedan estar en todos los espacios de toma de decisiones y de poder”
Pere Soler es doctor en pedagogía y profesor titular de universidad en el Departamento de …
Pere Soler es doctor en pedagogía y profesor titular de universidad en el Departamento de Pedagogía de la Universidad de Girona. Su actividad docente y de investigación se centra en las políticas de juventud, el asociacionismo y la participación infantil y juvenil, el desarrollo comunitario, la educación en el tiempo libre y la animación sociocultural.
Hemos hablado con él para saber cuál es la mejor manera de empoderar a los jóvenes para conseguir que se impliquen en las problemáticas actuales y que desarrollen un rol activo en la toma de decisiones. El Grupo de Investigación en infancia, juventud y comunidad (LIBERI), del que Pere forma parte, dispone de una herramienta orientada a evaluar el poder de empoderamiento de una entidad o actividad determinada.
¿Qué entendemos por empoderar a la juventud?
Nosotros definimos el empoderamiento juvenil como un proceso que incrementa las posibilidades de que una persona pueda decidir y actuar. (…) La capacidad de decisión (…) es un elemento clave, y el otro es la de actuación. (…) Pero no sólo [decidir y actuar respecto] lo que afecta a nuestra propia vida, sino también (…) un proceso que incrementa la posibilidad de que podamos participar en la toma de decisiones e intervenir de forma compartida y responsable en lo que afecta a la colectividad.
En muchos casos [los jóvenes] asocian este concepto de empoderamiento con un concepto meritocrático: debes espabilarte, tienes que sudar mucho porque tendrás un mérito al final. Y es mentira, porque estos jóvenes han descubierto como compañeros suyos que han estudiado, sus familias han hecho un esfuerzo, les han pagado grados, un máster, se han ido a realizar una estancia, vuelven y acaban vendiendo pizzas. ¿Eso es empoderamiento? ¿Yo lo invierto todo y la sociedad me lo devuelve con esa moneda?
Lo que no quieren [los jóvenes] es que la sociedad les diga cómo deben ser, que es lo que a menudo ocurre. Es decir, este es un modelo de empoderamiento que en realidad es ficticio. Claro, [si los adultos les dicen]: yo te diré qué debes estudiar, te llevaré hacia aquellas carreras que tienen salida, te formaré para ser un buen trabajador, para que no te pongas en saraos, para que asumas las responsabilidades que quiere la empresa o institución a la que vayas, que, evidentemente, sigas las normas establecidas en la comunidad, mande quien mande y por absurdo que sea… Es verdad que el concepto de empoderamiento, tal y como lo conocemos nosotros, en según qué lugares no hace mucha gracia, porque, [por ejemplo, a] algunos ayuntamientos, les planteas: “Lo que quiero es que los jóvenes sean críticos y que pongan contra las cuerdas la decisión del ayuntamiento”, entonces no les hace mucha gracia. Debemos plantearnos si queremos un mundo de gente sumisa.
Vosotros tenéis un proyecto que, justamente, evalúa lo empoderadora que es una actividad o un proyecto, ¿cierto?
Sí, nosotros presentamos [el proyecto HEBE, que comprende] una rúbrica que tiene 9 dimensiones: autoestima, responsabilidad, eficacia, capacidad crítica, autonomía, trabajo en equipo, identidad comunitaria, metaaprendizaje y participación. [La herramienta comprende] lo que pensamos que un proyecto, un servicio, un programa que pretenda empoderar a los jóvenes debería tener en cuenta. (…) Es una rúbrica para decir: nosotros queremos trabajar desde la universidad, o queremos trabajar desde un proyecto de ocio, o tenemos un espacio joven, y queremos que realmente sea empoderador, que dé protagonismo, que dé capacidad autonomía a los jóvenes. ¿Qué deberíamos tener en cuenta?
¿Las condiciones del empoderamiento y las dimensiones que se trabajan se pueden aplicar también a la educación mediática?
[*La educación mediática es el procedimiento de enseñanza y aprendizaje sobre los medios de comunicación y su impacto en la sociedad.]
Por supuesto que sí. Yo creo que la educación mediática debe ser una educación empoderadora, o no será realmente educación mediática. No puede ser de otra forma: no es una educación si se basa en que asumas lo que te dicen y me hagas un análisis respetuoso (…), sino todo lo contrario. Es una educación que lo que debe darte son las herramientas para que puedas cuestionar, contrastar, discutir y valorar lo que recibes. Y esto sólo puedes hacerlo desde un concepto de decidir actuar consecuentemente desde ese análisis que te planteaba. Si no, es poca educación. Será muy mediática pero poco educativa en un sentido empoderador.
En la educación mediática, el análisis crítico muchas veces necesitará no sólo de la discusión con tus principios o creencias, sino que esto, para que sea realmente crítico, necesita el contraste con otros. (…) Si eres una persona crítica, accederás a aquellos que te cuestionan. Pero si no eres una persona crítica, acabarás creando un mundo estrecho del que formen parte aquellos que te ríen las gracias y que opinan como tú, por tanto, esto acaba creando una visión muy sesgada de lo que es la realidad, [ya que el contenido al que accedes depende más de tus clics que del algoritmo del buscador, tal y como explicamos aquí]. Este trabajo para mí es fundamental porque vivimos en comunidad (…). Si hablamos de empoderamiento, debe ser en algún contexto. No es esa visión meritocrática individualista, es una comunidad.
A veces decimos que está muy bien que haya equipamientos y servicios juveniles porque es donde [los jóvenes] aprenden a empoderarse. Pero donde realmente los jóvenes deben ejercer el poder no es con sus iguales, sino que deben estar suficientemente empoderados para poder enfrentarse a la sociedad en la que viven. Montan un equipamiento juvenil y los tienen distraídos ahí dentro. Ahora, que no cabreen a los adultos. No, los jóvenes estarán empoderados cuando tengan 25 años y puedan estar en todos los espacios de toma de decisiones y de poder donde están los adultos. Porque si no, acaba siendo una sociedad adultocrática.
¿Qué ocurre si nos encontramos con que los jóvenes no quieren ser empoderados?
Todos conocemos a algún joven que ha dicho: "Si tiene que ser un trabajo con este horario no quiero", o "si tiene que ser para cobrar tan poco, paso". Es verdad, pero también conocemos otros muchos que, fuera lo que fuera del horario que fuera, lo cogería. Y siempre contesto, ¿y con los adultos no ocurre lo mismo? Exactamente igual. Es como quienes dicen que los jóvenes se drogan. Será que los adultos no se drogan. La misma crítica que podrían hacer los jóvenes se resuelve diciendo que no es un tema juvenil.
"Es que los jóvenes hoy están muy apalancados, son perezosos y no quieren asumir responsabilidades". (…) Pero es que si entráramos en profundidad, probablemente menos que los adultos. (…) Si tenemos que entrar a cuestionar esto, pongamos a los protagonistas delante y hablemos de las habilidades, capacidades, la formación, para conocer, para entender, para asumir responsabilidades y para tomar decisiones, consecuentemente, por parte de los adultos.
Si tuviéramos que hilar muy fino, diríamos: ¿por qué cambian de opinión tan fácilmente en las elecciones? ¿Será que no tienen una opinión propia? ¿Será que se dejen influenciar por un eslogan y que no se leen ni un programa? Aquí habría mucho que decir por parte de los adultos. Y por parte de los jóvenes, yo creo que lo que hay es mucho más complicado. Se ha analizado mucho esta categoría que se atribuye a la generación de estos últimos 6-7-8 años, de jóvenes sin futuro. Unos jóvenes a los que se les ha dicho y repetido que vivirán peor que sus padres, que el escenario que tienen es el que es. Además, estos jóvenes han puesto sobre la mesa todo el tema del cambio climático y de un mundo que les están dejando los adultos. Por tanto, si todo esto lo pones en una coctelera y lo mezclas, no es tan raro que un joven con la información (…) que le ha llegado acabe decidiendo según qué no quiere. Depende de qué modelo de empoderamiento entienda que le estamos hablando, yo entiendo que diga: no, gracias.