7,6 falsedades por cada 10 declaraciones verificadas: así miente Donald Trump

Un estudio de Politifact ha analizado 1.000 hechos y datos del nuevo presidente electo de los Estados Unidos

Un estudio de Politifact ha analizado 1.000 hechos y datos del nuevo presidente electo de los Estados Unidos

El president electe dels Estats Units, Donald Trump, durant el discurs de la nit electoral a Palm Beach, Florida. Jim WATSON / AFP
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Que en política son habituales las medias verdades, los mensajes engañosos e, incluso, las falsedades más manifiestas, es algo que, a día de hoy, han comprobado la mayor parte de fact-**checkers de todo el mundo. Que no todos los políticos mienten por igual, y que no todas las mentiras tienen el mismo impacto social, pero, también es una realidad comprobada. Lo vimos en el contexto barcelonés de 2023 y en el catalán hace unos meses. La carrera por la presidencia estadounidense que ha ocupado buena parte de este 2024 no ha sido diferente.

La historia política de Donald Trump, ganador de las elecciones presidenciales de los Estados Unidos este 2024, es una historia rodeada de desinformación. Análisis periodístico en análisis periodístico han confirmado esta premisa. El Washington Post identificó más de 30.000 mentiras o engaños en los discursos de Trump durante sus cuatro años de presidencia, entre el 2016 y el 2020.

Politifact, una verificadora norteamericana miembro como Verificat de la International Fact-Checking Network (IFCN), publicó el 23 de enero de este año su verificación número 1.000 sobre el entonces candidato republicano. “Los fact-checkers estadounidenses nunca han encontrado un político que comparta la indiferencia de Trump por la precisión factual”, escribieron en un análisis del hito. Unes 760 de estas 1.000 verificaciones, que se remontan hasta el 2011, recibieron la calificación de “mayoritariamente falsa”, “falsa”, o “escandalosamente falsa” (pants on fire, según la metodología del portal, refiere a claims “falsos y ridículos”).

Los últimos meses de campaña por las elecciones de noviembre no han sido diferentes. Una conferencia de una hora en Florida el 8 de agosto dejó 162 mentiras e imprecisiones, según la cadena NPR. El New York Times detectó 64 falsedades, imprecisiones y datos sacados de contexto en una comparecencia de una hora y tres minutos el 13 de septiembre en Las Vegas. Y en dos apariciones en Pensilvània, uno de los considerados estados clave de la carrera electoral, el 9 de octubre, la CNN identificó 40 falsedades diferentes.

Con este análisis no queremos decir que Kamala Harris no haya dicho ninguna mentira. También se ha pronunciado, como explicamos aquí. Pero la cantidad y su magnitud son diferentes. Por ejemplo, el mismo día que el New York Times verificaba las 64 afirmaciones imprecisas que Trump hizo en 63 minutos en Las Vegas, también calificó 6 de Harris en una aparición suya de 23 minutos en Pensilvània. Y durante el único debate entre ambos candidatos,
el también miembro de la IFCN Factcheck.org verificó afirmaciones de ambos candidatos.

Bombas por gatos

El análisis de Politifact no solo cuantifica las falsedades del próximo presidente de los Estados Unidos, sino que también se fija en el su impacto. “Su retórica sobre la inmigración suele distorsionar la realidad”, explica el portal. De ejemplos hay centenares, pero el debate del 10 de septiembre es de los que mejor refleja la magnitud del problema. En una de sus intervenciones, Trump defendió que los inmigrantes que viven en Spingfield, una ciudad de Ohio, “se están comiendo las mascotas de las personas que viven”.

La afirmación dio risa a Kamala Harris. Los moderadores interrumpieron el debate para apuntar que no había ninguna evidencia al respeto. Pero el mal estaba hecho. Un rumor racista originado en los años 70 y 80, según recortes de prensa recopilados en X (antes Twitter) por la periodista de la NBC Brandy Zadrozny, y reflotado a un grupo de Facebook a principios de septiembre por 2024 llegó a todo el país en horario de máxima audiencia. Dos días después, una amenaza de bomba con “lenguaje de odio contra los inmigrantes”, según el Washington Post, obligaba a evacuar el Ayuntamiento y otros edificios del alrededor, y fomentaba la inseguridad entre haitianos, una de las principales comunidades migrantes de la ciudad, explicaba el New York Times.

El asalto al Capitolio

“Las falsedades de Trump han alimentado amenazas a la democracia”, remarca también Politifact en su análisis. Las acusaciones, sin pruebas, de fraude electoral empezaron el 2016 en los estados en que el republicano no ganó, pero estallaron con la derrota electoral del 2020. Las afirmaciones sin base acabaron con el asalto al Capitolio del 6 de enero, que se saldó con 1.200 personas acusadas, decenas de heridos y un puñado de muertes.

Trump se encuentra inmerso en un proceso judicial con varias acusaciones que lo señalan como responsable del ataque (y en dos otros procesos diferente). Aun así, se ha declarado inocente de los cuatro cargos que el fiscal le imputa.

Durante la jornada de este 5 de noviembre, en las primeras fases del escrutinio de unas elecciones rodeadas de una incertidumbre total, Trump ha rescatado las acusaciones infundadas: “Se está hablando mucho de unas trampas MASIVAS en Filadelfia”, escribía en Truth Social, su propia red social.

La posibilidad de un antivacunas dirigiendo el departamento de salud

La ciencia es otro de los apartados más atacados por Trump. En sus discursos ha repetido afirmaciones falsas sobre el cambio climático, y ha asegurado que mitigar el calentamiento global no es una prioridad en su agenda, según explica Factcheck.org. Por ejemplo, ha infraestimado el aumento del nivel del mar, y ha puesto en entredicho el calentamiento de la Tierra. En las últimas semanas, también difundió engaños sobre los huracanes Helene y Milton, que impactaron en Florida a principios de otoño.

El ámbito de la salud tampoco escapa a la amenaza de la desinformación. Un estudio de la Universidad de Cornell encontró que, durante la pandemia del 2020, el republicano “probablemente fue el impulsor más grande de la ‘infodèmia’ de desinformación de la COVID-19”.

En los últimos meses, su alianza con Robert Kennedy Jr., a quién verificamos en el contexto de la pandemia, ha tomado fuerza. “Le daré vía libre en sanidad. Le daré vía libre en alimentación. Le daré vía libre en medicinas”, afirmó Trump en su último mitin de campaña a Madison Square Garden de Nueva York.

Kennedy es un abogado sin formación probada en el campo de la salud. Fue uno de los principales actores de la desinformación durante la pandemia de la COVID-19, ha adoptado todas las narrativas antivacunas, niega que el virus del VIH sea la causa del SIDA, ha relacionado la disforia de género con sustancias químicas del ambiente y culpa a los antidepresivos de los tiroteos. Así lo explica Maldita, miembro como Verificat de la IFCN y la EFCSN, en un análisis reciente.